El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha designado a varios defensores de políticas migratorias estrictas en su equipo, lo que reafirma su compromiso de llevar a cabo la mayor deportación de migrantes en la historia del país. Tom Homan, exdirector de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ha sido nombrado como el nuevo "zar de la frontera", un puesto clave que tendrá la responsabilidad de supervisar las deportaciones masivas que Trump prometió ejecutar a partir de enero de 2025.

Este nombramiento no es sorpresa, ya que Homan es conocido por su enfoque duro y firme hacia la inmigración ilegal. Durante su tiempo al frente del ICE, Homan se destacó por su apoyo a la política de cero tolerancia de Trump y por su postura en contra de la inmigración irregular. Ahora, será el encargado de llevar a cabo las deportaciones de migrantes indocumentados, una de las promesas más controvertidas del presidente electo.

En paralelo, Trump también ha nombrado a Elise Stefanik, congresista republicana por Nueva York, como embajadora ante las Naciones Unidas. Trump ha elogiado a Stefanik, describiéndola como “una luchadora increíblemente fuerte, dura e inteligente”, y una firme defensora de la causa "América Primero".

Otro de los nombramientos importantes es el de Stephen Miller, quien será un asesor clave en las políticas migratorias de Trump. Miller, quien fue uno de los principales arquitectos de las políticas migratorias más estrictas durante el primer mandato de Trump, como la separación de familias en la frontera y la prohibición de viajes a varios países musulmanes.

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La promesa de deportaciones masivas y el enfoque duro hacia los migrantes

La inmigración ha sido un tema central en la campaña de Trump y su postura dura hacia los migrantes le han valido el apoyo de muchos de sus seguidores. En diversos discursos, Trump ha asegurado que los migrantes, especialmente los indocumentados, son responsables de altos índices de criminalidad y problemas económicos. Sin embargo, diversas investigaciones han demostrado que los inmigrantes, en general, cometen menos crímenes violentos que los ciudadanos nacidos en EE.UU. y contribuyen a la economía pagando impuestos (pese a que no pueden tener las prestaciones de un ciudadano legal).

A pesar de estos datos, Trump sigue manteniendo su retórica contra los migrantes. En un mitin reciente en Raleigh, Carolina del Norte, el presidente electo afirmó que "la invasión de migrantes termina el día después de que asuma el cargo", y calificó a los migrantes de "criminales sanguinarios".

Tanto Tom Homan como Stephen Miller han respaldado la retórica de Trump hacia los migrantes. En un mitin de campaña pro-Trump en el Madison Square Garden de Nueva York, Miller fue recibido con grandes aplausos cuando criticó lo que llamó "décadas de abuso que se han infligido al buen pueblo de esta nación" debido a la inmigración ilegal.

El futuro de la inmigración en EE.UU. está ahora en manos de una administración que se prepara para implementar cambios radicales, con figuras clave como Tom Homan, Stephen Miller y Elise Stefanik, quienes serán responsables de dar forma a la política migratoria del país en los próximos años.

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