El pasado miércoles 12 de octubre del año en curso se dio la última batalla en torno a una prolongada serie de sesiones en las que se llevó a cabo la discusión para reformar el Quinto Transitorio del Decreto de Reforma por el que se creó la Guardia Nacional.
Decreto que es muy importante mencionar trataba de una reforma constitucional, por lo que para su aprobación requería de la mayoría calificada de los integrantes de las Cámaras.
Dicha reforma, tenía un trasfondo algo curioso, ya que aún cuando muchos hubiéramos esperado que viniera directamente de las filas morenistas, la iniciativa vio la luz en el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Institucional (PRI), donde la entonces Diputada Yolanda de la Torre, presentó una simple modificación al Quinto Transitorio, con la finalidad de prolongar la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
Como todos ya sabemos, la iniciativa tuvo buen curso en su primera votación en la Cámara de Diputados con la venia de Morena, Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y PRI, tras su presentación bajo el argumento de “urgencia”.
Sin embargo, su curso en el Senado no fue el mismo, ya que no pudo ser votada como de trámite urgente, por lo que se vio en la necesidad de ser discutida en Comisión, previo a su votación en el Pleno del Senado.
Lo que pareció molestar bastante al Presidente López Obrador, tras argumentar que era una iniciativa “propia” y que en caso de ser rechazada la volvería a “meter”.
Ahora bien, pareciera que los legisladores por primera vez presentarían cambios a una iniciativa de Palacio Nacional, con la finalidad de sumar más votos a esta y poder así conseguir su aprobación.
Fue así como tras las modificaciones concebidas, Senadores del PRI y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) fueron convencidos para aprobar la iniciativa por la que se prolongaría la estancia de las fuerzas armadas a lo largo del territorio nacional.
Ahora bien, el dictamen que se devolvía a la Cámara de Diputados, a simple vista parecía atender algunas cuantas de las exigencias vertidas en los argumentos de la oposición para su rechazo.
Sin embargo, tras una detenida lectura es visible a todas luces, que se sigue tratando con ingenuidad a ciertos legisladores, ya que muchos mecanismos establecidos en el dictamen eran imperfectos, toda vez que se carecía de formas claras para su ejecución.
Pero sobre todo y lo que más preocupa a quien escribe estas líneas y varios legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), era la aberración constitucional que se pretendía aprobar, la cual era inconstitucional a simple vista de cualquier estudiante de primer año de la carrera de leyes.
Pareciera que al Presidente se le olvidó lo que sus legisladores aprobaron en 2019, con el apoyo de todas las fuerzas políticas: la creación de un cuerpo de seguridad CIVIL.
Lo anterior, nos lleva a hacer un pequeño paréntesis en la presente y resaltar la importancia de la consolidación de las corporaciones civiles en el ejercicio de la seguridad pública, es por ello que expondré dos breves razones:
Primeramente, porque como todos sabemos las Fuerzas Armadas no son las capacitadas para llevar a cabo tareas que involucren una constante convivencia con la sociedad, lo que deriva en potencializar las constantes violaciones a los Derechos Humanos de la población.
En segundo lugar, porque también las Fuerzas Armadas se encuentran desprotegidas al momento de desempeñar labores de Seguridad Pública, ya que no existe ni la capacitación y mucho el marco regulatorio para legislar los términos de su permanente ejercicio (Marco Regulatorio que es imposible, toda vez que contravendría lo establecido en los Artículos 21 y 129 de la Constitución).
Regresando a la materia, el pasado miércoles 12 de octubre con la aprobación de los legisladores del oficialismo apoyados por el PRI y un par de legisladores del PRD, la minuta devuelta por el Senado fue aprobada por mayoría calificada en el Pleno de la Cámara de Diputados.
Lo anterior, dejó un sabor de boca amargo, ya que la moratoria constitucional acordada entre las fuerzas políticas que conforman la coalición aliancista “Va x México”, fue desechada en un abrir y cerrar de ojos.
Sin embargo, cabe resaltar que el PAN se consolidó como la mayor fuerza opositora al régimen, dejando claro que en Acción Nacional los legisladores son fuertes de sus convicciones y que seguirán representando a las millones de voces que creen que en México las cosas no se están haciendo bien.
Hablando en el caso en particular, pareciera que la reforma recién aprobada, no atiende los problemas de fondo y solo obedece al capricho de un solo hombre. Explico mi posicionamiento: esta reforma aprobada en ningún punto combate o establece un cambio acertado en la estrategia fallida de seguridad, sino que solo endosa directamente a las Fuerzas Armadas el fracaso de la estrategia de seguridad del Presidente, al pretender que su permanencia se extienda más allá de este sexenio.
Claro ejemplo de que la presencia militar no genera un cambio radical en la seguridad de una población es nuestra querida Tijuana, donde a diario vemos que se vuelve más habitual ver los diarios llenos de notas de asesinatos, situando así a Baja California como una de las entidades más peligrosas y sangrientas del país, a pesar de la fuerte presencia de elementos del ejército.
A contraste de lo anterior, hoy Yucatán que se ha caracterizado por el fortalecimiento de sus cuerpos civiles, puede presumir de ser la entidad más segura del país.
Es por ello que concluyo invitando a que exijamos a nuestras autoridades para que se aboquen a un verdadero fortalecimiento y capacitación de los cuerpos civiles, para así pronto poder caminar en la Tijuana que todos queremos.
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