La otra cara de Hernán Cortés

Seguramente tú también recuerdas que desde niño, los libros de texto y los maestros tanto de primaria como de secundaria, nos pintaban a Hernán Cortés como el malo de la conquista, el que llegó haciendo barbaridades, matando a diestra y siniestra. Desde chicos nos han educado con un discurso histórico de victimización, de siempre echarle la culpa a alguien y, en el caso de la llegada de los españoles a esta parte del mundo, es Cortés quien tiene la culpa de todo. Eso lo considero un gran mito. El encuentro de los dos mundos era inevitable, si no era Cortés sería algún otro atrevido y valiente europeo. Por ello tenemos que ubicar el contexto de lo que ocurría en Europa y las circunstancias en que se dieron los hechos que llevaron a la conquista de lo que hoy es México y desde luego conocer sobre la vida de Hernán Cortés.

Cortés nació en 1485 en Medellín, provincia de Extremadura, cerca de Portugal, en la parte oeste de lo que hoy es España. En esa época se vivía la época medieval en Europa, es muy importante tener presente que España como país no existía, predominaban los Reinos, el de Castilla, de Aragón, de Navarra, entre otros. Isabel era la reina de Castilla, quien se casó con Fernando de Aragón, y ambos fueron conocidos como los reyes católicos. En esos tiempos Portugal era el dueño del mar del norte, como se le conocía al Atlántico, tenía problemas con sus vecinos porque se estaban repartiendo el mundo, el Papa en turno era quien mediaba entre ellos.

El año de 1492 fue muy importante para la reina Isabel de Castilla porque logró echar fuera el último bastión de moros que había en la península, los terminó expulsando de Granada. El 3 de agosto de ese mismo año sale Cristóbal Colón del puerto de Palos con sus 3 carabelas rumbo a lo desconocido, descubre América el 12 de octubre. Colón tocó tierra por primera vez en las islas Lucayas (hoy Bahamas), luego Cuba (28 de octubre) y más tarde llegó a La Española (hoy Haití).
Cristóbal Colón regresó a España en 1493, Hernán Cortés contaba con apenas 8 años. El papa Alejandro VI otorgó América a las Españas. Se genera una gran expectativa por el descubrimiento de varias islas del caribe y muchos castellanos se animan a embarcar en los barcos que pronto habrán de hacerse a la mar. Colón pensó que había llegado a las Indias, de ahí el apelativo indio a los naturales de las islas.

Nuestro personaje es hijo de Martin Cortés, un hidalgo de Extremadura y de Catalina Pizarro, mujer con parientes bien ubicados en la corte del rey de Castilla, termina sus estudios básicos y en 1499 se va a Salamanca, donde se inscribe en la universidad para realizar estudios de humanidades y de Derecho. A los 2 años abandona Salamanca, siente que ha aprendido suficiente, pero tiene la idea de embarcarse a lo nuevo. En 1504 logra su objetivo, llega el 6 de abril a Santo Domingo, cuenta con 19 años y, en noviembre de ese mismo año fallece la reina Isabel. Al año siguiente, Cortés se convierte en “escribano”, es decir, en notario, sus estudios de Derecho en Salamanca le dan resultados positivos.

Corre el año de 1506 y fallece Cristóbal Colón. Al mismo tiempo, Cortés se da cuenta que Diego Colón, el hijo de Cristóbal, actuando como Virrey de las Indias y Gobernador de Santo Domingo despliega una política de maltrato, sometimiento y explotación a los indios “taínos” (los de piel oscura), totalmente contraria a la ordenada por los reyes católicos, quienes habían ordenado la cristianización de los naturales.

Diego Colón nombró en 1511 a Diego Velázquez para organizar la conquista de Cuba y, como este necesita a un segundo de a bordo astuto y gallardo, elige a Cortés, a quien también lo nombra tesorero de la expedición que consistió en 300 hombres. Cortés ya cuenta con 26 años y con gran rapidez ascendía entre la tropa. Los guerreros indígenas encabezados por Hatuey, jefe taíno que logró escapar de Santo Domingo, opone resistencia en contra de la llegada de los españoles a Cuba, los caballos que estos utilizan hacen que el combate sea desigual, Hatuey es capturado y muerto. Con la idea de hacer un poblamiento duradero de la isla, algunos españoles de buenas familias han tomado parte de la expedición, incluso el mismo Velázquez se casó en 1512 para poner el ejemplo.

La poca vestimenta que usaban las mujeres de la isla dejaba ver sus encantos y a Cortés le atraían, tanto así que vivió en concubinato con una joven taína con quien tuvo una hija, a la que le puso el nombre y apellido de su madre, Catalina Pizarro. Con estas acciones Cortés ponía el ejemplo del mestizaje. El Gobernador de Cuba, Diego Velázquez quería que Cortés también se casara con una mujer española por lo que lo orilla a casarse con Catalina de Xuárez, lo que ocurrió a principios de 1514. En 1516 Carlos I es proclamado rey de Castilla y cuenta con solo 16 años.

Llega el año de 1519, Hernán Cortez siendo el alcalde de Santiago de Cuba, es nombrado por Diego Velázquez capitán de la expedición a México, sería la 3ª y le pide que vaya en busca de la anterior expedición comandada por Juan de Grijalva, quien exploró el Golfo de México. Como Cortés ya traía conflictos con Velázquez se apura con la expedición para que no se arrepintiera. Abandona Cuba el 10 de febrero con 10 navíos.

La expedición fue financiada por Hernán Cortés y contaba con 16 caballos, 10 cañones (1 por barco), 13 escopetas, 30 ballestas y 4 falconetes, incluía hombres de diferentes calidades y procedencias: eran 500 castellanos, entre jóvenes y viejos, marineros, caballeros, hidalgos, jinetes, artesanos, carpinteros, incluso un astrologo Blas Botello, 3 notarios y 2 sacerdotes, además 200 indios, algunos esclavos negros y varias indias para atender la cocina. Cortés sólo tenía 33 años y para entonces era un hombre de acción, visionario, arrojado, valiente, muy católico, diestro con la espada, dispuesto a todo, le gustaba escribir y además preparado, le gustaba documentar todo con notario, también dominaba el latín. Cuando Cortés pone sus pies en Yucatán en 1519, México no existía como país, Cortés llegó a Mesoamérica. Hay que tener muy presente que México nació en 1821, cuando se consumó la independencia de España.

El extremeño era muy católico, en cada punto que llegaba mandaba oficiar una misa y colocar una gran cruz, Tenochtitlán no fue la excepción, a los nativos les regalaba artículos religiosos. No olvidemos que nombraba a las poblaciones y sitios de acuerdo con el santoral del día. También hay que resaltar que era un devoto ferviente de la Virgen de Guadalupe, la patrona de su tierra, Extremadura. Cortés estaba de vuelta en nuestra tierra cuando se da la aparición de la Virgen de Guadalupe en el monte Tepeyac, un 12 de diciembre de 1531, es decir, 10 años después de la conquista. Me llamó mucho la atención esta coincidencia.

Es innegable que con el arribo de Hernán Cortes a Mesoamérica llegó un idioma nuevo, la religión católica, la figura del ayuntamiento y una cultura que se fundó con las culturas indígenas en una mezcla que aún persiste. Se pudiera decir que es el origen de nuestra “mexicanidad”. En 1520, también llegó la viruela, virus desconocido en la región que ocasionó miles de muertes entre los nativos.

De Hernán Cortés se puede decir y escribir mucho, hoy solo queremos mencionar que después de leer a Maurice Duverger (Vida de Hernán Cortés. La Espada) y a Carlos Lazcano (Hernán Cortés en California) podemos concluir que su interés no era conquistar a los Aztecas, si así fuera se hubiera quedado a formar su centro de poder ahí mismo, por el contrario, su interés era llegar al mar del sur (hoy Océano Pacifico), descubrir una nueva ruta a la Especiería (indias) y continuar explorando la Nueva España, por eso sus capitanes llegaron a las costas de Jalisco, Colima, Sinaloa y California, incluso Cortés pisó tierra en lo que hoy es La Paz, Baja California Sur, se percataron que no era una isla sino una península, esa es la razón por la cual al Golfo de California también se le conoce como Mar de Cortés.
Otro acierto del “Marqués del Valle de Oaxaca”, título que le concedió el rey Carlos I, fue que uno de sus enviados, el navegante Álvaro de Saavedra, fue quien descubrió Filipinas, lo que le sirvió mucho al rey para sus negociaciones, incluso fue el Papa quien se lo entregó a España y no a Portugal.

Cortés se dio tiempo de mandar desde Acapulco provisiones y refuerzos a su primo, Francisco Pizarro, quien conquistó a los incas en Perú, 20 años después que Cortés a los Aztecas. Al poco tiempo estableció desde las costas mexicanas una ruta marítima hacia aquella zona, demostrando su espíritu empresarial. Hernán Cortés trajo a nuestras tierras de Europa y de las islas del caribe, caballos, ganado, caña y otras semillas que sembró por acá, desde entonces se produce azúcar en Veracruz, Cuernavaca y sus alrededores. Aunque de nuestro territorio también envió a España otras tantas, incluso sembró Nopales en su tierra.

No hay muchos retratos del “Capitán General” como le gustaba que lo llamaran, porque no le gustaba que lo retrataran, tampoco verse en el espejo, ya que decía que parte del alma se escapaba del cuerpo humano. Según uno de sus biógrafos, eso lo aprendió de Moctezuma con quien conversó por horas y horas. Aunque el Conquistador de México falleció en 1547, a los 62 años, en las afueras de Sevilla, en su testamento estipuló ser sepultado en nuestro territorio, por ello sus restos descansan en la iglesia del Hospital de Jesús, ese que mandó construir y que se ubica en el centro de la Ciudad de México.

Álvaro Montaño Rubio
Autor de Welcome to Tijuana

www.welcometotijuana.info


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