Inútil, arrogante y mal agradecido, eso es lo que eres Hugo.

Cuando el mes pasado estuviste en Los Ángeles para dirigir a los Tuzos de Pachuca en una gira de dos partidos contra un equipo semiprofesional, me dijiste que habías cambiado.

En aquella ocasión me aseguraste que habías aprendido a reflexionar antes de expresar tus sentimientos ya que en el pasado tus palabras y tu forma de ser te habían acarreado problemas.

Parece que tu cuota de ecuanimidad duró poco, muy poco.

Bastó con que el equipo de Pachuca te despidiera por ser un entrenador mediocre para que de tu lengua viperina saliera el veneno que llevas dentro.

Tú, Hugo Sánchez, tienes el gran problema de no aceptar tus errores y recargar tus fracasos en las espaldas de otros.

Ya te lo había dicho antes y te lo repito una vez más: no tienes la capacidad de ser entrenador de un equipo de Primera División.

No tienes los conocimientos tácticos para plantear un partido, no sabes darle lectura a los esquemas que te presentan los rivales, trabajas poco y hablas mucho.

Tu contrato con Pachuca era por un año y solamente duraste seis meses como técnico del club.

Te despidieron porque todos dentro de la institución, incluyendo el dueño, Jesús Martínez, que es tu gran amigo y admirador, se dieron cuenta que como estratega eres un petardo.

Después de cobrar el finiquito de contrato con los Tuzos, dijiste que Pachuca sobreexplotó tu nombre para crear expectativas alrededor del equipo.

Me llama la atención esa declaración tuya porque en junio, cuando fuiste presentado como director técnico de los Tuzos, Jesús Martínez hizo que el estadio Hidalgo se llenara.

El público te aclamó y una avioneta cruzó el cielo con una manta que decía: "Hugo: Bienvenido a Pachuca".

Me imagino que al ver la gran recepción de la que fuiste objeto tu ego creció más de lo que ya es y en ningún momento te escuché decir que tal presentación había sido exagerada.

Nunca antes un entrenador había sido presentado en México como Pachuca lo hizo contigo y en su momento te dijiste agradecido con la institución.

Hoy dices que gente dentro del club te echó a la calle porque tu liderazgo opacaba a algunos de los directivos del equipo.

Aseguraste que te sentiste utilizado por los directivos del Pachuca, por esos mismos directivos que te pagaron una cuantiosa cantidad de dinero y te pusieron una mansión en la ciudad de Pachuca para que te sintieras a gusto y pudieras trabajar con comodidad.

Tus declaraciones son cuchilladas por la espalda a la gente que se gastó millones de dólares trayéndote a los jugadores que tú pediste, pero que por tus mismas limitaciones tácticas, no supiste utilizar.

Eres un mal agradecido, la directiva de lo Tuzos te dio la oportunidad de revivir tu carrera de entrenador pero una vez quedó demostrado que no tienes nada que hacer como estratega.

Tu salida de Pachuca es tu tercera destitución consecutiva como entrenador de un equipo de futbol.

No Hugo, no son ellos, los directivos que te han corrido por inepto, no son los que están mal en su evaluación.

Más bien, eres tú el que estás equivocado al creerte algo que no eres y que nunca serás.