California se ha vuelto tendencia en las últimas semanas debido a que se han registrado sismos de baja a mediana magnitud con mayor frecuencia en la entidad, principalmente en el condado de Los Ángeles.
Esto ha generado una pregunta tanto en la ciudadanía como en la comunidad científica, ¿es posible que haya algo más grande detrás de este fenómeno?. En primera instancia, el terremoto de magnitud 3.6 notificado en el Valle de Ojai terminó por provocar débiles temblores desde Santa Bárbara hasta Los Ángeles apenas el pasado 31 de mayo.
Más tarde se produjeron 2 pequeños terremotos más en el barrio de El Sereno, al este del condado californiano, siendo el más fuerte de estos el correspondiente a 3.4 grados, según la escala de Richter.
Asimismo, una triada más de temblores azotó también la frontera entre la Costa Mesa y Newport Beach, alcanzando una magnitud de 3.6 grados, el jueves pasado.
Esta increíble y preocupante coincidencia en que una media docena de terremotos con una magnitud superior a 2.5, reportados en una semana y azotando 3 partes distintas del sur de California altamente pobladas, ha levantado las alarmas e iniciado una investigación al respecto.
De acuerdo con los expertos, estos sismos menores no tienen “poder de predicción” sobre el próximo gran terremoto destructivo que podría llegar a suceder en el sur de California, el último de los cuales sucedió hace 30 años.
Hay una probabilidad de 1 entre 20 de que a cualquier terremoto en California le siga uno más grande, dijo
La sismóloga del Servicio Geológico de Estados Unidos, Susan Hough, declaró que hay una probabilidad entre 20 de que a cualquier terremoto notificado en California, le siga uno más grande, aún así, destacaron que las probabilidades no son altas y por lo general, el sismo de mayor magnitud debería ocurrir en la misma semana.
Pese a que las posibilidades no son tan notables, los recientes terremotos son un recordatorio de que la región correspondiente al sur de California es profundamente vulnerable a los terremotos.
Hay que destacar que el riesgo no se limita a la falla más famosa de la región, la falla sureña de San Andrés, que, además de pasar por debajo de San Bernardino y Palmdale, se encuentra en su mayor parte debajo de desiertos y montañas remotos, pero es capaz de provocar un terremoto de magnitud 8.
"Los tres conjuntos de estos terremotos ocurrieron cerca de fallas grandes y potencialmente peligrosas", dijo James Dolan, profesor de ciencias de la tierra en la USC. “La red de fallas urbanas de Los Ángeles ha estado en una pausa sísmica durante todo el período histórico, y esta pausa probablemente se remonta al orden de los últimos 1.000 años. Sabemos que en algún momento esta pausa en la que estamos terminará”.
Si bien algunas ciudades y agencias gubernamentales han tomado medidas impresionantes para proteger la infraestructura, como ordenar modernizaciones de edificios más antiguos, muchas otras no lo han hecho, expulsando vulnerabilidades sísmicas que eventualmente saldrán a la luz.
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