Cuando tenía nueve años de edad, Patricia Amézaga Madrid acompañó a su mamá al mandado. Ahí, en los anaqueles, se encontró un cerebro para armar. Se lo pidió a su madre y ella lo compró. Luego la pequeña Patricia fue con su maestro de primaria a mostrárselo. Él le explicó que esa parte del cuerpo se encargaba de controlar a todas las demás partes y le dijo que iba a ayudarla a armarlo. Con inconfundible acento norteño, la investigadora recuerda a la niña que fue y que vivía en un rancho —Camargo, Chihuahua— y a la que ni su madre ni su profesor le dijeron que ese juguete, un cerebro humano, no era para niñas. Esa experiencia, cuenta, fue su primer paso en el camino de la ciencia, un camino que la llevó hasta el escenario del Auditorio Pedro Arrupe, SJ, del ITESO, adonde llegó para recibir el Premio Ada Byron, un galardón que tiene por objetivo reconocer la trayectoria y las aportaciones de las mujeres en los campos de la ciencia y la tecnología.
Patricia Amézaga fue elegida como ganadora del Premio Ada Byron en reconocimiento a una trayectoria que se ha enfocado en los ámbitos de la nanotecnología y las nanociencias. “Manipulo átomos, que es como hacer un pastel, sólo que nosotros podemos hacer nuevos materiales”, dijo durante la ceremonia de premiación, que tuvo como sede el ITESO y en la que se recordó que el premio surgió en 2014 por iniciativa de la Universidad de Deusto, en Bilbao, España, y que desde 2019 cuenta con un capítulo México del que forman parte las universidades del Sistema Universitario Jesuita (SUJ).
Lorena Giacomán, asistente de Educación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, destacó el trabajo de Patricia Amézaga como una mujer tecnóloga que ha dedicado sus investigaciones a la creación de proyectos “que mejoran la calidad de vida de las personas, ofrecen soluciones a problemas sociales. En su trabajo [Patricia Amézaga] privilegia la vinculación y apoya y estimula la participación de otras mujeres”.
En la tercera edición del capítulo mexicano del premio participaron 89 candidatas, cuyas trayectorias fueron analizadas por un comité de 70 personas expertas en diferentes campos de la ciencia y la tecnología y quienes eligieron a 10 perfiles finalistas, que fueron turnados al jurado encargado de seleccionar como ganadora a Patricia Amézaga, licenciada en Químico Bacteriólogo Parasitólogo, maestra en Ciencia y Tecnología de Alimentos por la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Chihuahua; doctora en Ciencia y Tecnología Ambiental por el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav), SC, y que actualmente se desempeña como Técnica Académica titular en el Cimav, en Chihuahua, Chihuahua.
Después de recibir el premio, dotado con cien mil pesos, Patricia Amézaga contó dos anécdotas que, dijo, determinaron su incursión en el mundo de la ciencia. La primera fue cuando, siendo niña, su madre le compró un cerebro para armar; la segunda, cuando ya siendo madre de sus dos “bendiciones”, un amigo la motivó a solicitar una beca para estudiar la maestría. “Ahí fue cuando empecé a conocer la ciencia y la tecnología de verdad”, dijo Amézaga, quien agregó: “llegué a la ciencia por casualidad, pero es algo que me apasiona”.
La investigadora reflexionó sobre la importancia de incorporar la ciencia y la tecnología desde la educación básica y sin hacer distinciones —“no limitemos las actividades por género”— para que las infancias sepan desde el principio “que la ciencia está ahí y que no les tengan miedo a las ciencias exactas”. Finalmente, invitó a las asistentes, sobre todo a las estudiantes más jóvenes, a que “no se queden sin hacer las cosas que desean”.
Durante la ceremonia también se contó con la participación de Carolina Leyva Insunza, ganadora del Premio Ada Byron en 2021, quien dijo que el galardón sí cumple con el objetivo de visibilizar y propiciar la vinculación científica. Compartió con la audiencia cómo cambió su vida luego de recibir el premio y dijo que es importante dar a conocer el trabajo de las mujeres y que éstas dejen de ser juzgadas tan duramente. “Ojalá el premio dure mil años. Las mujeres lo necesitamos”, afirmó Leyva Insunza.
Alexander Zatyrka, SJ, Rector del ITESO, recordó la figura de Ada Byron, de quien destacó su perfil como científica, poeta, analítica y metafísica. También recordó las contribuciones de Byron como precursora de la computación y reiteró el compromiso de “apostar por crear espacio para que las chicas con ganas de romper estereotipos puedan crear y compartir sus conocimientos”.
En la premiación de este año estuvieron presentes rectores de universidades del SUJ, así como representantes de las compañías AstraZeneca, AT&T y Bosch México, empresas que se sumaron como patrocinadoras del premio.
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