Por lo menos 35 mil personas han tenido que abandonar sus hogares en Michoacán para evitar ser víctimas de la violencia y el crimen organizado. Los desplazados por el narcotráfico representan una notoria crisis en dicho estado, cuyos niveles de inseguridad se han catapultado con la incursión del Cártel de Jalisco Nueva Generación y el control que se disputa con el grupo local de Los Viagras.
Ante los hechos, un grupo de activistas de Michoacán han exigido al gobierno federal combatir a todos los cárteles por igual, pues los enfrentamientos han dejado numerosas muertes y amenazas para los propietarios de tierras y agricultores.
El exlíder de autodefensas, Hipólito Mora, quien operó entre el 2013 y 2014, expulsando al cártel de los Caballeros Templarios de la entidad, dijo: “En términos de seguridad, estamos peor que nunca”.
Los enfrentamientos delictivos han involucrado el uso artillería pesada y de drones que arrojan explosivos, por lo que demandan una respuesta para que el gobierno detenga a estas organizaciones.
El martes, un grupo de activistas se reunió con algunos funcionarios de alto rango del gobierno y exigieron se combatiera no solo a un cártel sino a todos por igual, pidiendo de paso que se tomara en cuenta el consejo y las opiniones de los afectados al momento de elaborar estrategias en el combate del crimen.
Gregorio López, un sacerdote católico, que en una ocasión usó un chaleco antibalas en una misa, aseguró que existen varias regiones donde el gobierno federal no puede ingresar, pues la delincuencia organizada tiene el domino total de ellas.
Los narcotraficantes también exigen dinero por casi toda mercancía que pasa por Michoacán sin importar si se trata de alimentos o suministros. Las personas “tienen que pagar piso a la salida de la ciudad. Hay unas mesitas de plástico y un fulano ahí cobrando”, dijo López.
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Con información de Telemundo
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