El temor del regreso de una nueva guerra fría está latente luego de que Rusia enviara miles de soldados a la frontera que comparte con Ucrania, por lo que Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea y la OTAN temen por una eventual incursión de sus tropas en dicho territorio.

La invasión de dicha frontera se vislumbra inminente ante diversas tensiones geopolíticas y económicas que arrastran diversos hechos históricos; uno de ellos fue la anexión de Crimea a Rusia (que pertenecía a Ucrania), y ahora se ve una concentración militar a gran escala en diversos campos de concentración, llegando a sumar 114 mil soldados.

Aunque Vladimir Putin niega sus intenciones de invadir Ucrania bajo el pretexto de “fortalecer la seguridad en la región”, occidente ya se está preparando para una posible respuesta, no solo con sanciones económicas sino con una participación bélica.

Rusia y Ucrania comparten orígenes étnicos y culturales, y dicha zona es estratégicamente clave pues colinda con el Mar Negro, algo que Rusia piensa recuperar, pues Ucrania formaba parte de la Unión Soviética antes de su disolución en 1991.

Ante esto, Estados Unidos ha reforzado su presencia en el Mar Báltico; Dinamarca ha desplegado F-16 en Lituania; España ha enviado buques militares a Bulgaria, y Francia está lista para mandar tropas a Rumanía.

Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN dijo que tomarán medidas necesarias para proteger y defender a todos los aliados.

Por su parte, Irlanda ha condenado las maniobras rusas cerca de su costa y se encuentra en alerta para saber cómo responder ante una posible agresión.

El personal estadounidense de las embajadas europeas en Ucrania se ha marchado ante las tensiones y algunos diplomáticos también se han ido de Kiev.

La mirada política sigue al pendiente sobre lo que pasará a continuación.

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Con información de France 24