Ciencia

El robot que cuida a personas de la tercera edad

Acompaña a pacientes en etapa terminal

Fotografía por: NYT

Este es Zora. Quizá no parezca la gran cosa, recuerda más a un juguete lindo que una maravilla futurista, pero este robot es esencial para un experimento en Francia que tiene como objetivo cambiar el cuidado de los pacientes de la tercera edad.

Cuando Zora llegó al Hospital Jouarre, un hogar de ancianos ubicado a una hora de París, algo extraño comenzó a pasar: muchos pacientes sintieron un vínculo emocional con el robot y lo trataban como a un bebé. Lo cargaban, lo arrullaban y besaban su cabeza.

Zora, que tiene un costo de hasta 18.000 dólares, les ofrecía compañía en un lugar donde la vida puede ser solitaria. Las familias no pueden visitarlos mucho y los empleados tienen muchas cosas que hacer. Los pacientes del hospital tienen demencia y otros padecimientos que requieren cuidados las veinticuatro horas del día.

El robot es controlado por un enfermero en el hospital que lo maneja desde un ordenador portátil. El enfermero a menudo procura no estar a la vista para que los pacientes no sepan que él lo controla.

Zora dirige sesiones de ejercicio y propone juegos. Puede sostener una conversación porque el enfermero teclea palabras en un ordenador portátil que el robot pronuncia después. Algunos pacientes se refieren a Zora como “ella”, otros como “él”.

La robótica aún tiene un largo camino por recorrer antes de que haya una posibilidad realista de tener una enfermera humanoide.

Parece que o Forsetes e o Sath gostam bastante do Homem de Ferro

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Zora no proporciona medicamentos ni toma la presión sanguínea ni cambia las sábanas. En Jouarre, algunos lo consideraron como una herramienta superflua que solo “mantiene ocupados a los pacientes”, según Sophie Riffault, una enfermera.

Otra, Nathalie Racine, dijo que no dejaría que un robot alimentara a los pacientes aunque pudiera. Los humanos no deben delegar momentos tan íntimos a las máquinas. “Nada remplazará el roce humano jamás, la calidez que nuestros pacientes necesitan”, comentó.

La experiencia en Jouarre proporciona un panorama del futuro, cuando dependamos más de los robots que ayuden a cuidar a nuestros seres queridos mientras envejecen.

Vía: NY Times.

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