NUEVA YORK.- Una de las figuras que apoyaba abiertamente el movimiento #MeToo acaba de renunciar a su puesto como fiscal general de Nueva York ya que fue acusado por al menos 4 mujeres de algunos cargos por los que el movimiento lucha en contra.
Eric Schneiderman reflejaba en público una personalidad activista, seguro de sí mismo e inclinado a apoyar a las mujeres pero dentro de las paredes, era un misógino que no podía controlarse después de beber alcohol, lo cual no es justificación de lo que se le acusa.
De acuerdo a The New Yorker, cuatro mujeres con las que ha tenido relaciones o encuentros se han pronunciado en contra de esta figura pública, solo dos han hablado claramente.
Manning Barish y Selvaratnam recibieron golpes repetidamente después de beber y las obligo a tener sexo sin consentimiento. Cosa que el portavoz de Schneiderman negó (claro, para dar una buena imagen).
Schneiderman se les adelantó. Solo tres horas después de que la historia se publicara en la revista neoyorquina, renunció a su empleo declarando que niega las imputaciones pero que los 'altos mandos' le impedirán "dirigir el trabajo de la oficina en este momento crítico".
Tal vez, el fiscal sabía que las acciones que realizaba en privado se trataban de agresiones así que optó por ganar adeptos feministas divulgando estar a favor del movimiento #MeToo para que cuando su hora de ver un tribunal llegara, tuviera alguna que otra aliada que pudiera abogar por él.
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