Conocido coloquialmente como la octava maravilla del mundo, el Internet es uno de los servicios más importantes de la actualidad para una gran parte del mundo. Revisar redes sociales, gestionar temas de trabajo, responder mensajes o buscar memes son solo algunas de las múltiples actividad que muchos hacemos diariamente. Si quedarte sin Internet por algunas horas te suena a desastre, solo tienes que voltear a África para conocerlo de verdad.

Según analistas de infraestructura, el cable submarino Costa Africana a Europa (ACE, por sus siglas en inglés) se rompió el pasado 30 de marzo cerca de la localidad de Noukachott en Marituania. El mismo país de Manituania, Sierra Leona, Liberia, Guinea, Gambia y Guinea-Bissau se vieron afectados de manera importante con este fallo.

La mayoría de estos países reportaron fallas en su servicio de Internet aunque pudieron resolverlas por otros medios, como otros cables terrestres o conexiones satelitales, pero Marituania se quedó, efectivamente, 2 días enteros sin conexión. Afortunadamente ya regresó todo a lo normalidad, pero aunque 48 horas es poco tiempo en el gran esquema de las cosas, es indudable que puede causar estragos en el accionar del día a día de una nación entera. Nunca se supo exactamente a qué se debió el corte.

No es ningún secreto que África es el continente más pobre. Al tener que enfocar esfuerzos en otro tipo de preocupaciones y servicios (como agua o alimento), algo que para otros continentes es tan importante como el Internet, simplemente no lo es en ese lugar. Un suceso como el descrito anteriormente nos recuerda lo dependientes que somos de la tecnología y lo frágil que ésta puede ser. Afortunadamente, gigantes como Facebook y Google trabajan activamente en proyectos para asegurarse que siempre haya conectividad aún en los lugares más recónditos.

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