Una brasileña de nombre Rosangela Almeida dos Santos, tuvo una muerte poco común y triste, ya que había sido internada de emergencia por sufrir dos ataques cardiacos, los médicos la declararon muerta.
Los familiares la enterraron 24 horas después de haber sido declarada muerta, pero once días después, los vecinos del cementerio Nossa Senhora de Sant’Ana dicen haber escuchado muchos gritos y llanto proveniente desde la tumba de Rosangela.
“Cuando llegué justo en frente de la tumba, escuché golpes desde adentro. Pensé que los niños que jugaban en el cementerio me estaban gastando una broma. Luego escuché otros dos gemidos y finalmente la voz se calló”, comentó una vecina.
Los familiares de la mujer llegaron al panteón y pronto se pusieron a cavar para ver qué estaba pasando; lamentablemente, se percataron que ella falleció unas par de horas antes, en su intento y desesperación por salir del ataúd.
Vía La Opinión
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