La figura de la muerte ha sido admirada desde tiempos prehispánicos en México. El solo hecho de hablar y considerar a esta figura como "santa" es tabú, pues su imagen, junto con la de Jesús Malverde, está relacionada con la delincuencia en el país, con la maldad o hasta la ignorancia.

Dentro de los locales de la Zona Centro de Tijuana que se dedican al esoterismo se resguardan peticiones de todo tipo. Dinero, amor, fortuna son de los más comunes, pero los más cercanos a la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, las solicitudes dirigidas a la Santa Muerte son las más recurrentes, provenientes en su mayoría de narcotraficantes y prostitutas en busca de garantizar su seguridad y bienestar económico, debido quizá a la cercanía con la zona roja de la ciudad.

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Foto: John Rosales

Decidí entrar en uno de estos locales aledaños a Catedral, donde se presumía presume en un letrero la lectura de cartas y demás prácticas esotéricas, además de poseer encuentro en su interior un altar a la Santa Muerte, figura venerada desde tiempos prehispánicos en el país, al que diario acuden devotos a dejarle ofrendas, ya sea veladoras, cartas, flores o dinero.

Érika, quien trabaja y atiende en uno de estos locales, comentó que desde tempranas horas de la mañana llegan personas a dejar sus ofrendas. Tiene desde hace más de diez años trabajando ahí, asegurando haber visto pasar a tipo de mujeres y hombres que acaban siendo consumidos por el dinero que obtuvieron, según gracias a por esta figura de devoción.

"La Muerte te da a manos llenas, nunca te quita, pero hay personas que con su ambición van cavando su propia tumba".

Altar a la Santa Muerte

Pedí una lectura de cartas del Tarot. Costaba 200 pesos. Entramos a una habitación pequeña escondida al final del local, justo al fondo de un pasillo adornado por diversos tipos de altares y veladoras. Nos sentamos frente a frente.

Lo primero que me me dijo fue que revolviera para las cartas. pero le dije que no era muy hábil para ello, a lo que respondió que no importa la forma en que lo hiciera, el punto es que mis palmas entren en contacto con la baraja. Después debí poner la mano sobre el mazo mientras decía mi nombre completo y fecha de nacimiento.

Posteriormente fue sacando una por una las cartas y colocándolas en la mesa a forma de castillo. Al parecer, las cartas por sí solas significan poco. Es el dibujo que forman o los lazos que hay entre ellas las que develan el mensaje. El esceptisismo se convirtió en miedo cuando, sin haberme hecho una sola pregunta personal, describió situaciones de lo más específicas sobre mi entorno.

Érika mientras acomodaba mis cartas

No fue el caso de que narran una situación genérica así, por encimita, como los horóscopos de Vanidades donde cualquiera puede sentirse identificado. Uno a uno fue describiendo a personas que forman parte de mi día a día y la influencia que tienen en mi vida.

Lo mejor, o más extraño, fue que ofrece soluciones. Durante la sesión, que duró alrededor de 20 minutos, también hubo una especie de terapia y consejos sobre acciones a realizar para prevenir si algo malo acecha tu futuro.

Fue una experiencia recomendable que se disfruta totalmente si no tienes alguna creencia religiosa o miedo a lo desconocido.

Al final, más por morbo que cualquier otra cosa, coloqué un billete en una caja fuerte de la Santa Muerte, mientras en mi mente realizaba una petición. Uno nunca sabe cuándo se puede necesitar algo de ayuda desde el más allá.

Cualquier comentario o sugerencia puedes hacérmelo llegar a: oscar.montoya@sandiegored.com

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