Durante la mañana de este miércoles 14 de agosto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de mpox como una emergencia sanitaria mundial.

Cabe destacar que es la segunda vez en dos años que esta enfermedad viral, también conocida como Viruela del Mono, es declarada una emergencia de salud pública; la primera vez fue en julio del 2022, tras un alarmante brote en países de África.

En esta ocasión, la decisión fue tomada de forma unánime por el Comité de Emergencia de la OMS ante la preocupación de que una cepa potencialmente mortal y transmisible del virus haya llegado a regiones africanas hasta entonces no afectadas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África han registrado 15 mil casos y 461 muertes por este virus solo en 2024.

“La detección y rápida propagación de una nueva variante de mpox en el este de la República Democrática del Congo, su detección en países vecinos que no habían la reportado anteriormente, y el potencial de una mayor propagación dentro de África y más allá es muy preocupante”, mencionó Adhanom Tedros Ghebreyesus, director general de la OMS.

La declaración de emergencia internacional hace que países de todo el mundo deban tomar medidas para evitar la expansión del virus a otras regiones.

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¿Cuáles son los síntomas del mpox o viruela del mono?

Después del contagio, los primeros síntomas suelen tardar entre 5 y 21 días en aparecer, estos son similares a los de la viruela común, e incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, escalofríos, cansancio y la presencia de un sarpullido principalmente en las zonas de cara, manos y pies.

Sin embargo, la principal diferencia entre los síntomas de la viruela humana y la mpox es que la segunda hace que los ganglios linfáticos se inflamen.

¿Cómo se contagia la viruela del mono o mpox?

La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido explica que la propagación puede darse a través de:

• Contacto con ropa usada por una persona infectada (incluidas sábanas, almohadas o toallas).

• Contacto directo con lesiones o costras de la piel.

• Tos o estornudos de una persona contagiada.

• Contacto directo con fluidos corporales, como en relaciones sexuales.

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