Una investigación publicada por la Facultad de Medicina de la Universidad d Nueva York reveló que no habría una diferencia notable entre quienes fuman cigarros normales y quienes fuman con dispositivos. Para ello, los científicos utilizaron ratones y los hicieron consumir un equivalente de 10 años de fumar cigarros electrónicos durante 10 años (de manera intensiva, pues el experimento duró 12 semanas), y se dieron cuenta que los animales sufrieron daños en el ADN de sus vejigas, corazón y pulmones y también se vio limitada su capacidad de reparación y la cantidad de proteínas en los pulmones.
Así, el estudio concluyó afirmando que los cigarros electrónicos y vaporizadores hacen más propenso al sujeto a contraer enfermedades del corazón y cáncer, por lo que acabaría con la teoría de que estos dispositivos son más sanos o menos dañinos que sus contrapartes tradicionales.
El experimentó sí reveló que las nitrosaminas (un tipo de compuestos químicos encontrados en el tabaco) encontradas en fluidos corporales de los ratones son 97% más bajas que las encontradas en las de un fumador tradicional, aunque también "considerablemente más altas" que las encontradas en un no fumador. Qué signifique esto para el cuerpo aún no es muy claro.
De hecho, el estudio no es definitivo ni entregó resultados concluyentes. Hay que recordar que éste se llevo a cabo en condiciones extremas e intensivas, por lo que no es una muestra real de la cantidad de humo con la que entraría en contacto un fumador a corto plazo.
Por último, Moon-shong Tang, quien llevó a cabo el experimento, comentó que, aún no se sabe cuál de estos tipos de cigarro es más dañino para el cuerpo consumidor. Aunque, considerando los resultados de esta investigación, la respuesta parece ser obvia.
Nota originalmente publicada en Qore.com
