Este rancho del Valle de Guadalupe también tuvo su pizca, pero de “lúpulo”
No todo lo que se siembra en el Valle de Guadalupe es vid. La riqueza de sus tierras y su microclima han dado la oportunidad de experimentar con otro tipo de hortalizas, como la idea que surgió cinco años atrás de sembrar lúpulo, el mismo que se utiliza en la elaboración de las cervezas artesanales, […]
Por Luis Ángel García el agosto 7, 2017
Miguel Loza vio un área de oportunidad hace cinco años, cuando inició con la venta y distribución de insumos para los cerveceros locales de Ensenada, pero más que negocio, su principal motivación fue el gusto por una industria que hoy se solidifica en nuestro estado como la mejor del país.
Actualmente tiene al mando lo que es La Casa del Lúpulo, el establecimiento que surte a los cerveceros locales de Ensenada.
A la par inició con el proyecto de cosechar lúpulo en el Valle de Guadalupe, lugar cuya popularidad abarca en la producción de vinos.
“No se va dar, mejor siembra otra cosa”, fue la frase que escuchó frecuentemente cuando inició con la siembra de sus primeras 10 plantas de 5 variedades distintas de lúpulo.
Hoy puede presumir a quienes le dijeron que no lo hiciera, su pequeña, pero valiosa producción de sus 1,200 plantas con siete diferentes variedades de lúpulo, orgullosamente crecidos en el Valle de Guadalupe en Ensenada.
El pasado fin de semana se vivió, así como en otras partes del Valle con la vid, su tradicional fiesta de pizca, pero aquí de lúpulo, donde amigos, familiares y cerveceros del municipio se reúnen en su ya tradicional “Pick and Brew”.
La cosecha de lúpulo de Rancho Loza llega en el momento donde la industria de la cerveza artesanal vive sus mejores días, y aunque la producción es mínima a comparación de las necesidades de la industria, marca referencia al crear un producto con el sello de la región para crear cervezas únicos con un lúpulo fresco.
Ha sido un trabajo duro. Comenta Miguel Loza que las condiciones de la planta han exigido estar constantemente en revisión, aunque el resultado ha sido bueno y la mayoría de las variedades se han adaptado a la zona del Valle de Guadalupe.
La última variedad que introdujo es una planta que se da de manera silvestre entre Sonora y Nuevo México, una “Neomexicana”, con la cual esperan se adapte y sea fácil de tratar ante las condiciones de poca agua, lo que permitirá sacarle provecho a la falta de agua que pasa el Valle de Guadalupe.
La temporada de la planta de lúpulo abarca desde el mes de marzo hasta inicio de septiembre, siendo su punto alto estos días donde se lleva la pizca. Es una planta totalmente orgánica, por lo que su producción es menor a aquellas que son regadas con fertilizantes.
Desde los primeros años, la pequeña producción del rancho ha terminado en una cerveza totalmente única con la casa cervecera Agua Mala, la cual dura muy poco en exhibición por la cantidad que producen.
El lúpulo por las condiciones tiene que ser transportado casi inmediatamente después a la olla desde que se pizca por ser un producto fresco y orgánico.
La última colaboración del 2016 fue una ambar llamada “Hallucigenia”, la cual se acabó en cuestión de días.
En su “Pick and Brew” realizado el día de ayer, los cerveceros se juntan para cocinar cerveza y pasar un momento agradable, en lo que podría ser una versión de una fiesta de la vendimia pero del lúpulo.
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