El pasado martes 19 de febrero, elementos de la Policía Federal (PF) y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) intentaron, sin éxito, frenar la entrada de aproximadamente 500 migrantes sudamericanos que ingresaron a México y se rehúsan a quedarse en esta región de la frontera.
La caravana de migrantes procedentes de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala entró por el puente internacional fronterizo de Suchiate y se dirigió a la plaza central de Ciudad Hidalgo para después salir rumbo a Tapachula.
Los uniformados les ofrecieron albergue, atención médica y comida, y les garantizaron seguridad, así como el registro para que de forma documentada puedan quedarse en esta región del país. Sin embargo, los migrantes rechazaron la oferta y continuaron su caminar.
Información obtenida de Revista Proceso
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