Pekín contraataca tras el anuncio de Trump de imponer aranceles del 104% a las importaciones chinas. Además, sanciona a empresas del sector defensa de EE. UU.
La tensión comercial entre China y Estados Unidos alcanza un nuevo punto álgido. Luego de que el expresidente Donald Trump anunciara aranceles del 104% a productos chinos, el Gobierno de Pekín respondió imponiendo un gravamen del 84% a las importaciones provenientes de Estados Unidos. La medida entrará en vigor a partir del jueves, según comunicaron fuentes oficiales chinas.
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Sanciones adicionales y empresas afectadas
Junto con los nuevos aranceles, China también anunció restricciones para 18 empresas estadounidenses, en su mayoría vinculadas al sector de defensa. Estas se suman a las más de 60 compañías que ya habían sido sancionadas en respuesta a las políticas comerciales de Trump.
“Las medidas de China son una respuesta directa a las decisiones unilaterales e injustas de Washington”, afirmó un portavoz del Ministerio de Comercio chino.

Trump espera una llamada de China
En medio de esta escalada, Trump publicó el martes en su red social Truth Social que “China está ansiosa por alcanzar un acuerdo” y que “espera su llamada”. El lunes, el exmandatario advirtió al presidente Xi Jinping que estaba dispuesto a aplicar nuevos aranceles si no se llegaba a un acuerdo favorable para EE. UU.
Pekín defiende su postura
En paralelo, el Gobierno chino publicó un libro blanco sobre las relaciones comerciales entre ambas potencias. En él, Pekín calificó de “inevitable” el desequilibrio comercial y atribuyó las tensiones actuales a causas estructurales internas de la economía estadounidense.
“El desequilibrio comercial de bienes entre China y Estados Unidos es tanto un resultado inevitable de cuestiones estructurales de la economía estadounidense como una consecuencia de las ventajas comparativas y la división internacional del trabajo entre ambos países”, señala el informe.
Las relaciones económicas entre China y Estados Unidos han estado marcadas por altos y bajos en los últimos años. Con ambos países intercambiando sanciones y restricciones, el futuro de las relaciones bilaterales sigue siendo incierto, mientras los mercados internacionales observan con preocupación los próximos pasos.