San Diego.-Mientras se pone las medias, Fernando Covarrubias recuerda cómo fue que hace 13 años dejó el mundo del travestismo para internarse al cuadrilátero como Rubí Gardenia "La Exótica".
La entrevista se da en el lugar más extraño del Border View YMCA en Chula Vista, un baño familiar a un costado de la alberca, lugar que Covarrubias tomó como camerino antes de salir a la función de lucha libre.
Ahí nos mostró sus trucos para transformarse, desde como acomodarse sus partes íntimas hasta el último toque en sus pestañas para lucir como una dama.
"Yo cambié la etapa de trasnochar por esto (lucha), si voy a ser travesti sería el mejor", dice mientras sube sus medias a la cintura, pero ser el mejor le resultó un tanto complicado.
Durante más de un año que duró dando sus espectáculos no vio la luz del día, Covarrubias solía trabajar de 7 pm a 6 am, para después trasladarse a su departamento por medio de un túnel que lo conectaba con su lugar de trabajo.
"Eso me enfadó, no era para mí, hice drogas, el amor me tenía estúpida, me desvelaba, no tenía una vida, y un día le dije a mi pareja que lo amaba, pero que me quería más yo", recuerda firme mientras se abrocha las agujetas de sus botines.
Esa noche a la puerta de su casa, la de su familia, llegó Fernando muy intoxicado, durmió y a la mañana siguiente resuelve darle un giro a su vida, decide rescatar lo aprendido en las clases de lucha grecorromana que recibió en la escuela, ahora para hacerlas parte de su profesión.
"Yo quería ya desintoxicarme, yo quiero ser el mejor, pero no perderme, no quiero terminar como la mayoría de los jotos, o muertos o drogados, no quiero eso para mí", recalca.
"Ahora no voy a llorar, siempre que hablo de esto suelo hacerlo, pero hoy me siento tranquila", dice Rubí Gardenia, a quien por momentos su dualidad la hace hablar en cualquiera de los dos géneros.
Fernando Covarrubias sí tiene familia, pero dice que lo aman tanto que no lo soportan como es; Rubí Gardenia no la tiene y hace lo que le plazca.
"Soy el quinto de ocho hermanos, todos somos hombres, imagínate, uno de ellos ya me mandó al hospital. Cuando les dije que me dedicaría a las luchas dijeron ¡qué bueno!, pensaron que se me quitaría lo gay, pero no fue así", explica.
México ha tenido reconocidos luchadores dentro del género exótico, Gardenia Davis, Sergio "El hermoso", Brello Greco y Pimpinela Escarlata son algunos de los homosexuales que se dedican a este deporte.
"Yo quiero demostrar la diversidad sexual en este ámbito, quiero romper los paradigmas, en 1986 llegan los que llaman exóticos, era hombres que hacían sus joterias arriba del ring, y tampoco, hay que luchar bien, esto es un deporte, yo no soy una cabaretera", afirma.
A Rubí Gardenia le gusta que la adulen cuando sale rumbo al cuadrilatero, juega con los caballeros, y en ocasiones les da besos y caricias, eso sí siempre marcado por un respeto.
"Aquí vienen muchos niños, lo padres son los morbosos, ellos siempre dicen las cosas, pero los niños no, ni saben", dice entre risas.
Rubí Gardenia confecciona su propio vestuario, siempre elige qué se pondrá, algunas veces es más colorido que otros y al salir al cuadrilátero por lo general lleva un penacho color platino.
Fernando Covarrubias tiene 35 años, es originario de Santiago Ixcuintla, Nayarit, emigró a Tijuana a temprana edad, jugó tenis y fue farmacéutico hasta que dio con la vida nocturna.
Se identifica con el personaje de "Mulán" de Disney, pues según dice ella vive una identidad falsa, ahora lo que busca es un amor que la quiera como es.
"No quiero terminar muerto, sin un peso, lo que quiero es tener un novio al que le cueste y un novio que me cueste como Brad Pitt", finaliza.