La diversidad de culturas es una realidad y esta mañana la Corte Suprema de Japón declaró que las parejas casadas deberán tener el mismo apellido, continuando con una ley del Siglo XIX.
Esta ley no estipula quién debe renunciar a su apellido pero por lo general es la mujer quien toma el nombre del marido. Aunque la intención de esta decisión es facilitar trámites a largo plazo, las mujeres no están del todo de acuerdo porque sienten que no tienen elección y pierden su identidad.
Además de la cuestión sentimental, las mujeres japonesas abogan por retener sus apellidos por cuestiones laborales ya que creen firmemente en que es de suma importancia tener su propio sello en su vida profesional.
Como en todo el mundo, no todos siguen las leyes y es por eso que existen un par de matrimonios en Japón que no se encuentran registrados, con la intención de evitarse largos procesos legales.
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