Siendo un país en frontera con Estados Unidos, el intercambio cultural es algo que se vuelve natural y está a la orden del día. Los mexicanos nos apropiamos de ciertas cosas americanas y viceversa. En el intento de comprender este fenómeno y nombrarlo, la fusión de ambas culturas tiene el nombre de TexMex.
Hablemos de los tacos. La mayoría de los mexicanos cuando se aventuran a explorar el mundo, al volver a casa sienten un deseo incontrolable de comer exquisitos tacos. Hablemos de las diferencias de un taco auténtico y uno americanizado.
El primer pecado del taco Tex-Mex es sustituir la tortilla de maíz, por tortilla de harina o esa especie de nacho enorme doblado. Es cierto que en México también comemos tacos con tortilla de harina pero es blanda, recién salida del comal, no crujiente.
La taquerías en México se encuentran en las esquinas y suelen ser planchas donde asan carne. En Estados Unidos por alguna razón, decidieron que la carne molida y el pollo son mejores opciones para rellenar un taco. Es curioso que este manjar del otro lado de la frontera (E.U.A.) sea catalogado como comida rápida y no es que aquí no lo sea pero está comprobado que no es tan chatarra como se piensa.
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Los toques finales que distinguen a un buen taco es la salsa, guacamole y verduras (tomate, cebolla y cilantro). Por otra parte, si pides uno en alguna "taco shop", estará cubierto de crema agria y queso derretido. No estamos juzgando o determinando si uno es mejor que otro, simplemente que son dos cosas totalmente distintas a las cuales decidieron llamar igual.
Via The Huffington Post
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