Monterrey.- El empresario Raúl Rocha Cantú, dueño del Casino Royale de Monterrey, donde murieron 52 personas, ya rindió declaración ante personal mexicano de la Procuraduría General de la República (PGR) en Florida, informó este miércoles el Consejo de Seguridad del estado de Nuevo León.
"El propietario del casino ya declaró ayer en la Agregaduría de la PGR en el estado de Florida", confirmó una fuente del Consejo, sin revelar detalles del contenido de la diligencia.
Hace varios días la Fiscalía de Nuevo León giró una orden de presentación dirigida a Raúl Rocha para que declarara sobre el atentado del 25 de agosto contra el casino, que según las pesquisas fue perpetrado porque el negocio se negó a pagar una extorsión al cartel de Los Zetas.
Esta semana Raúl Rocha envió una carta al diario El Norte en la que señaló que abandonó México por temor a su vida y a que las autoridades mexicanas no garantizaban su integridad física ante las amenazas de Los Zetas, presuntos autores del incendio que desembocó en la peor matanza ocurrida en Monterrey en años.
El gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, confirmó que la diligencia se realizó ante autoridades mexicanas fuera del país.
"Entiendo que también el propietario del casino ha hecho alguna declaración en una agencia de la Procuraduría en el extranjero", comentó Medina en una improvisada rueda de prensa después de inaugurar un Congreso Internacional de la industria del acero.
"No sé si fue declaración o si fue una carta o escrito el que se haya presentado, pero la información que tengo por parte de la Procuraduría es que se acercó a una dependencia", agregó.
Sobre el caso, Medina dijo que la Fiscalía de Nuevo León, la que lo instruye con el apoyo de la PGR, está "avanzando", y va a seguir enfocada en tratar que "los criminales paguen y que las averiguaciones avancen de manera sólida y transparente".
Después del atentado, el más grave contra la población civil en México en años y a cuyos autores el presidente Felipe Calderón calificó como "terroristas", las autoridades detuvieron a seis presuntos responsables del ataque, entre ellos un policía estatal.
Estos presuntos autores materiales de la masacre señalaron que otras seis personas más participaron en los hechos, además de los autores intelectuales.
