Tijuana.- Algunos con hijos en brazos o en camino, otros incluso con nietos y dejando de lado supersticiones después de más de tres décadas de estar juntos de que el matrimonio cambiará la relación.
Había también parejas maduras quienes por segunda vez se casaban y jóvenes, casi adolescentes, que por primera ocasión decían el "sí, acepto".
Al mediodía del sábado 12 de febrero, el alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante, casó a mil sesenta parejas en el parque Morelos en lo que fue la primera campaña gratuita de matrimonios colectivos del año.
"Nos conocimos hace cinco años en el aniversario de la fábrica donde yo trabajaba. Desde entonces no nos separamos", dijo Maribel Hernández, nacida hace 30 años en Oaxaca, quien trabaja como obrera en una maquiladora.
Ella se casó con Jesús Plascencia, de 58, un jalisciense naturalizado estadounidense. A su unión los acompañaron sus hijos de 3 años y un bebé de once meses. Todos viajarían a Ensenada a celebrar la luna de miel.
"Yo volví a nacer con ella. Yo ya había estado casado, pero me fue mal, me divorcié. La conocí a ella y todo cambió para mí. No nos habíamos casado antes porque nos sentíamos bien así, pero ahora nos decidimos para poder legalizar la situación de mis hijos y mi esposa, para que puedan cruzar a Estados Unidos", explicó Plascencia, quien trabaja en la construcción.
Jorge López, de 46, y Clara Aguilar, de 26, otra pareja que participó en los matrimonios colectivos, se conocían desde hacía doce años. Eran vecinos, se veían y saludaban, hasta ahí, pero una desgracia los unió.
"Yo sufrí una descarga de 13 mil 240 voltios hace tres años, me electrocuté. A raíz de ese accidente mi esposa me abandonó. Fue cuando Clara comenzó a visitarme al hospital y me ayudó en mi rehabilitación", dijo López, quien es empleado del zoológico del hipódromo Caliente.
Aguilar explicó que apenas hace 15 días decidieron casarse. Compraron un vestido blanco, como ella siempre había soñado; para él, un traje de vaquero negro y un sombrero. Su fiesta: una modesta cena en su casa sólo para ellos.
Por su parte Érick Cortez, de 21, aseguró que se dio de baja del Ejército Mexicano para cumplir la promesa que le hizo a Estefany Sánchez, de 19, cuando eran novios en la secundaria. Ella además ahora tiene cinco meses de embarazo.
"Hace siete años nos dijimos que cuando estuviéramos grandes nos íbamos a casar. Hubo un tiempo que nos separamos, cuando me metí para ser militar, pero nos volvimos a encontrar y le recordé aquella promesa", dijo Cortez.
Él aún no tiene empleo y ella tampoco, aunque sí muchos planes: Estudiar una carrera, criar juntos a su hijo que está por nacer, comprar casa, automóvil, viajar, hacerse viejos juntos Mientras festejarían su boda en casa de sus tíos, donde se han alojado temporalmente.
"El matrimonio surge de una decisión libre basada en una necesidad mutua con el firme propósito de consolidar una relación de respeto, amor y confianza", les dijo el alcalde Bustamante cuando casó a las mil sesenta parejas. "La unión de ustedes aquí debe ser el motor y la clave para recobrar los valores de esta ciudad".