TIJUANA. Madame Ur es una moderna Lola-Lola, la sensual cantante de cabaret de "El Ángel Azul" (Sternberg, 1930) que seduce a un moralista profesor al grado de volverlo un payaso, la diferencia es que con la actual Lola-Lola, Sus Hombres fundan su atmósfera con sonidos de jazz, blues, rock, tango y pop.
La mezcla es de una fuerza vital libre de prejuicios y también un retrato musical sincero de esta frontera, tal como alguna vez lo fueron los acordes de Javier Bátiz, Carlos Santana, Tijuana No, Julieta Venegas o el colectivo Nortec, por citar algunos.
En mayo pasado, el cuarteto de Madame Ur y Sus Hombres lanzaron su segunda producción discográfica, Animal Man, un álbum con diez temas originales producido de forma independiente por los miembros de la banda.
Como su antecesor, Men & Pearl Necklaces (2008), sus canciones no mencionan el nombre de Tijuana ni sus calles, tampoco un bar famoso ni una ruta de microbús. No hay lugares comunes en las letras de sus canciones ni en su música.
Sin embargo, está latente la ciudad en sus melodías, por ejemplo, la ironía y audacia característicos del ser humano fronterizo. Una voz dulce, que parece dar cobijo, que se vuelve atormentada y rechaza. Ritmos que van de lo glorioso al sinsabor, de alguien que está aquí pero se sueña en otro lado.
Azzul Monraz, vocalista del cuarteto, dijo que la banda sí tiene esa complejidad y oscuridad con que podría definirse Tijuana, pero no es algo premeditado.
Todos sus integrantes son de la ciudad y se conocen desde hace una década, así que su modo de ver la vida coincide con la perspectiva y temperamento del residente de esta frontera, explicó.
Para Rafael Toto Zúñiga, bajista de Madame Ur y Sus Hombres, el sonido que tiene actualmente la banda es un viaje a diferentes escenas artísticas.
La travesía va desde un combo de jazz en París, señaló, un concierto de tango en Buenos Aires, un cabaret en Berlín, un concierto de David Bowie, una tocada de blues en un roadhouse de Mississippi hasta un concierto de música electrónica en Manchester y una charla con una madame en un prostíbulo de Amsterdam.
"Tratamos de dar esa experiencia a través de nuestro filtro tijuanense", dijo Zúñiga.
Se dice que se puede enseñar a cualquiera persona cómo tocar música, pero no se le puede enseñar el porqué, pues el motivo de hacer música debe salir del interior de quien se asoma como artista.
Joel Castillo, contrabajista y pianista de la banda, dijo que el porqué de Madame Ur y Sus Hombres no tiene una explicación, sólo fue una necesidad de expresarse; algo que cada integrante traía y que se ha ido definiendo en la medida que siguen componiendo.
