Tijuana.- Un corredor cultural se está asentando en el corazón de la zona más conflictiva de la ciudad y está ayudando a mitigar los problemas sociales de esa área.
La zona este de Tijuana conformada por media centena de colonias populares, naves industriales y pequeños fraccionamientos amurallados a menudo es escenario de violencia, desintegración familiar, pobreza extrema, drogadicción y pandillas.
De acuerdo a número oficiales, cerca de 400 mil personas viven ahí en condiciones de pobreza alimentaria y patrimonial. Son familias o lo que queda de ellas establecidas en regiones donde se tiene un déficit de servicios públicos, alta incidencia criminal y el transporte público es deficiente y caro.
A pocos minutos de estas comarcas se están terminando una serie de museos financiados por los tres órdenes de gobierno y la iniciativa privada, algunos incluso abrieron sus puertas pese a no estar concluidos.
Su objetivo es brindar educación, cultura y arte principalmente a niños y jóvenes de esa zona.
"Estamos contribuyendo a una mejor educación y a inspirar a cientos de niños y adolescentes a través de la ciencia y la tecnología. El estar aquí los aparta de lo que puede ser la vagancia o las malas amistades; los ayuda a mejorar sus entornos y a tener un sentido de pertenencia, de identidad", dijo Gustavo Camarena, presidente del consejo directivo del Museo El Trompo.
Este museo es un bello edificio que simula una inmensa media luna color cobre. Recibe diariamente a 400 visitantes. Está dentro de las 423 hectáreas del Parque Morelos, situado en el Libramiento Los Insurgentes en la llamada tercera etapa del Río Tijuana.
La pinacoteca pretende que, a través de la experimentación, los visitantes aprendan a incorporar los conceptos de la ciencia a su vida diaria y comprendan mejor el mundo en el que viven.
Según Camarena, actualmente ya trabaja al 75 por ciento y próximamente abrirá tres salas más que completarán el concepto.
El Trompo fue una iniciativa de un grupo de empresarios de la región, quienes conformaron la asociación civil Museo Interactivo Tijuana, que comenzó en 1998 y que abrió sus puertas con menos de la mitad de sus salas de exhibición a finales de 2008, justo cuando las autoridades reportaban más de 800 asesinatos (muchos de ellos jóvenes menores de 21 años), media centena de secuestros, escenas de sadismo y una psicosis nunca antes vista por la guerra contra el narcotráfico.
A 500 metros de ahí, también dentro de los terrenos del Parque Morelos, el Ayuntamiento de Tijuana junto con el gobierno del estado y la federación construyen el Museo Ámbar, un proyecto que en su totalidad costará 20 millones de dólares, según las autoridades.
