Para justificar su punto de vista recordó lo ocurrido en Plaza Fiesta o Plaza del Zapato en los años ochentas donde antes había restaurantes de todo tipo “chinos, japoneses, griegos, italianos, franceses, era muy bonito para la ciudad. ¿Qué pasó? Bueno, pues empezaron a abrir bares, se empezaron a abrir lugares con banda y ¿qué trajo?, pues otro tipo de clientela que buscaba otro tipo de cosas, empezaron a haber balaceras y el lugar desapareció en meses. Yo nomás no quiero que pase esto en esta zona (el Valle de Guadalupe) porque obviamente es bellísima, que no vale la pena que se convierta en eso”.
El chef dijo no ser elitista pues también le gusta la banda, no obstante, aclaró que existen lugares para escuchar este tipo de música y el Valle de Guadalupe no es uno de ellos.
“Es un espacio agrícola que se tiene que proteger y cuidar como un espacio natural”, añadió.
Plascencia también considera que los conciertos masivos aumentan el problema de la falta de agua potable y generan inseguridad en el área.
Finalizó diciendo que el Valle de Guadalupe es un área de turismo familiar.
“La clase de turismo que queremos es el turismo que venga a disfrutar una buena mesa, una buena comida, unos buenos vinos, un atardecer, donde haya tranquilidad y las estrellas, que sea familiar”.
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Con información de Ana Lilia Ramírez de La Jornada BC
