Ensenada, BC.- Una ventana al paraíso, un oasis casi perfecto, una cita con la tranquilidad, el aprendizaje y el gozo, así se puede definir Cuatro Cuatros, un viñedo más de la Ruta del Vino en el Valle de Guadalupe.
Custodiado por un desértico paisaje, 710 hectáreas abren sus puertas a una experiencia intensa que conjuga el glamour con lo rustico.
Ubicado en el kilómetro 89 de la carretera federal libre Tijuana-Ensenada, frente al poblado de El Tigre, esta viña es un desarrollo inmobiliario temático y turístico en desarrollo.
No es un viñedo común, desde el arribo, sorprende con una presentación circular, dejando de lado los mitos de posición, latitud y luz solar para la cosecha de la uva, pues tan sólo uno de ellos se encuentra ubicado cercano al mar, recibiendo la bruma día y noche.
En 16 hectáreas elegidas para la vid, Cuatro Cuatros ofrece cuatro varietales: Sauvignon Blanc, ubicado frente al Océano Pacífico, Cabernet Sauvignon, Merlot y Tempranillo que deleitan al paladar.
Caminar entre sus siembras es sinónimo de tranquilidad, de percibir una serenidad, de trasladarse a un encantamiento de riqueza natural que se engrandece a cada paso.
La seguridad de sus huéspedes a este naciente proyecto, siempre será parte principal, pues desde la llegada una persona solicitará se identifiquen los visitantes para resguardo de todos los invitados.
Una vez dentro, la aventura inicia al toparse a lo lejos con dos emblemáticas réplicas de embarcaciones, una de ellas similar al Arca de Noé, estructura ideal para la toma de una primera fotografía cobijada por el mar de los viñedos.
Al atravesar estas expresiones de la historia, se encuentra el área de restaurante, donde el paladar podrá tener las experiencias orgásmicas jamás imaginables con el sabor de Oaxaca y otras regiones del País.
Ahí, prácticamente al aire libre, disfrutando del paisaje, mientras se degusta, se podrá admirar el arte del talento mexicano, piezas que estarán en exhibición en la paredes para ser vistas.
Lo confortable del restaurante además de sus platillos, es que su mobiliario es entre campesino y moderno, con ese toque de originalidad, utilizando como centro de mesa, la flora de la región.
Además su sencilla barra para servir vinos y bebidas refrescantes, aclara que no es necesario muchas veces el glamour, sino el buen gusto.
De ahí, el recorrido puede seguir a conocer las cabañas este concepto ya en operación frente a los viñedos, que consta de doce equipadas, todas inmersas en la naturaleza, además de 14 que están en camino, las cuales se ubicarán frente al arroyo San Miguel, entre los huertos de olivo.
