El trabajador social cuenta que su decisión fue basada en el rumbo que estaba tomando la compañía con el cuál ya no se sentía "moralmente cómodo" mismo que explicó en su carta de renuncia.
"Una vez se me ordenó esencialmente separar a dos hermanos y una hermana que se estaban abrazando. Me dijeron que no deberían estarse abrazando". Esta historia logró que Antar se diera cuenta que estar trabajando en esas facilidades perpetuaría el trato inhumano hacia los menores de edad.
Pidió tiempo para procesar todo lo que estaba pasando y se lo negaron así que entregó una carta de renuncia para cesar sus responsabilidades conferidas por el gobierno estadounidense.
Aunque el gobierno presuma de "personal altamente calificado para manejar esta población", Antar encuentra una disparidad en lo que dicen y en lo que pasa en realidad, pues, como mencionó, los tableros siempre están llenos de vacantes para los mismos trabajos.
"Toda ciudad que tiene un centro de refugiados está inundada con vacantes de trabajo y también opiniones que muestran un poco no solo elhorror por el que tienen que pasar los niños, sino por el que los trabajadores también pasan."
