Tijuana. -Algo impreciso, con su voz sin matices pero emocionado al grado de casi romper en llanto cuando recordó a su padre, el priísta Carlos Bustamante tomó protesta como alcalde la tarde de este martes.
Poco más de tres mil invitados fueron testigos de la ceremonia en la explanada del interior del Palacio Municipal fuertemente custodiados por policías y militares.
Ahí, en primera fila y entre empresarios, políticos y familiares del munícipe, estaban la líder nacional del PRI, Beatriz Paredes, el senador Francisco Labastida, el gobernador del estado José Guadalupe Osuna Millán, el alcalde de San Diego Jerry Sanders, el ex alcalde Jorge Ramos y el general Alfonso Duarte.
Afuera, en el patio lateral del edificio, había unas cinco mil personas, a quienes se les regalaron hot dogs, pizzas y banderines de apoyo al alcalde; además varios grupos regionales les tocaron música en vivo durante más de cinco horas.
Luego que les tomaran protesta al filo de las cinco de la tarde a los regidores, que por primera vez reúne a representantes de seis partidos políticos, Bustamante pronunció un discurso de once cuartillas, donde los puntos centrales fueron la seguridad y la economía.
Explicó que continuará con la profesionalización de la policía local, además de fomentar programas de prevención del delito y cooperar con las demás autoridades en el combate al crimen organizado.
Durante mucho tiempo, señaló, Tijuana fue reconocida como ciudad del empleo y el desarrollo económico, sin embargo, en años recientes, se ha perdido ese dinamismo.
"Hoy, estimaciones basadas en cifras oficiales, indican que el desempleo afecta al 6.6 por ciento de la población trabajadora, y si sumamos el subempleo, se supera al 10 por ciento de la población económicamente activa", dijo.
"Más preocupante", agregó, "es el hecho de que la gran mayoría de ellos son jóvenes y adultos entre los 18 y 40 años".
Para entonces Bustamante había leído la cuarta cuartilla de su mensaje y su voz inexpresiva en ocasiones se perdía entre los murmullos de quienes platicaban en los pasillos y la música de banda que tocaba afuera.
Según el nuevo alcalde, habitan en la ciudad 160 mil personas en condiciones de pobreza, lo que significa uno de cada 15 tijuanenses.
Su gobierno propondrá mayores inversiones para revertir esta situación y también luchará para que medidas como el programa Siave en la puerta México y el control de dólares se eliminen, aseguró.
Hubo aplausos, pero no demasiados, a pesar de que en el recinto predominaban grupos priístas que lo impulsaron desde su campaña. También, a lo lejos, se escuchaban cláxones del denso tráfico y otro grupo regional que tocaba afuera.
Bustamante explicó que recibe un gobierno con una enorme deuda pública. El nivel de pasivos contratados con la banca comercial y desarrollo asciende a más de dos mil millones de pesos (unos 166 millones de dólares).
El equivalente es de alrededor de 140 por ciento de las participaciones que en ingresos federales recibe Tijuana.
Esto limita de manera muy significativa la capacidad de maniobra del gobierno, se lamentó Bustamante. Adicionalmente la forma en la que fue contratada la deuda implica que los pagos fuertes de capital empezaran a exigirse "curiosamente" el primer día hábil de enero próximo.
"En mi experiencia personal, por la administración de mis empresas, he aprendido cómo resolver los problemas financieros, haciendo uso de los mercados de manera responsable y eficaz He instruido a que se inicie un proceso ordenado y transparente para refinanciar y/o reestructura la deuda pública vigente", dijo.
Anunció que en los próximos días presentará un programa de estabilidad y crecimiento que incluirá tanto políticas de consolidación del ingreso del ayuntamiento, como de austeridad en el ejercicio del gasto.
"Soy un hombre de la frontera, acostumbrado a enfrentar los retos con el temple que me enseñó mi padre", dijo cortando su voz y a punto de llorar, "para superar cada nuevo desafío y convertirlo en oportunidad. Provengo de una familia que ha echado sus raíces en esta tierra generosa y ha crecido en esta ciudad para formar en ella a sus hijos y crearle espacios de trabajo y desarrollo".
La ceremonia concluyó, una de las primeras personas en salir fue Beatriz Paredes entre empujones que daban sus guardaespaldas; otros en cambio se tomaban fotos y otros más comentaban lo que tenían qué hacer más tarde.
Afuera del Palacio Municipal el denso tráfico en la zona Río coincidía con el cierre de calles por la toma de protesta y medidas de seguridad y la salida de cientos de personas de la zona financiera.
Lo que le espera
Carlos Bustamante, un adinerado empresario de 65 años, gobernará la ciudad de 2010 a 2013 y representará al 20 ayuntamiento en la historia de Tijuana.
En el verano pasado ganó sorpresivamente la alcandía superando al favorito Carlos Torres, del PAN, en unas elecciones donde sólo participó el 35 por ciento de la población.
El mandato de su antecesor, Jorge Ramos, del PAN, se distinguió por las magnas obras del programa de repavimentación en los principales bulevares y avenidas de la ciudad, la construcción de nuevas unidades deportivas y la rehabilitación del malecón de Playas de Tijuana.
Pero también por una crisis de seguridad pública que en ocasiones llevaron a la policía local a enfrentar a bandas de criminales en calles y restaurantes,
a que cierta parte de la población huyera de la ciudad o se refugiara en sus casas.
La fiscalía estatal contabilizó 2 mil 255 asesinatos sólo en Tijuana en los últimos tres años.
Esta crisis de seguridad, que impera en todo el país, fue paralela a una crisis económica mundial que comenzó en Estados Unidos y afectó profundamente a la frontera dejando a cientos de miles sin empleo.