San Diego.- Se estima que cerca de 65 millones de personas en el país, 600 mil de ellos en la región de San Diego, tienen bajo su cuidado a un familiar de la tercera edad con una enfermedad crónica o incapacitante, como alzheimer o parkinson, y que la mayoría de ellos no cuenta con apoyo familiar o económico.
En 1994, la Asociación Nacional de Cuidadores de Familiares (NFCA, por sus siglas en inglés) eligió el mes de noviembre para agradecer, educar y capacitar a quienes cuidan de personas que sufren de estas terribles enfermedades.
Localmente, la agencia sin fines de lucro Southern Caregiver Resource Center (SCRC), quien proporciona a cuidadores con servicios gratuitos, está tratando de alcanzar a la comunidad hispana por medio de sus programas Calma y Unidos Cuidando.
"Atender a alguien que tiene alzheimer o que le dio una embolia es una situación muy difícil, después de un tiempo al cuidador le da un tipo de depresión y tiene altos niveles de estrés", dijo Roberto Velásquez, el director de servicios multiculturales para SCRC.
Por lo general, el cansancio, el sentirse inadecuados y la falta de ayuda es la que empieza a deteriorar a los cuidadores, según reportes de agencias de salud.
"Quienes cuidan de sus familiares no son doctores ni enfermeros, ellos entraron en esta situación por necesidad", añadió Velásquez.
Los programas Calma y Unidos Cuidando ofrecen clases en grupo, con otros cuidadores, o individuales con un terapeuta especializado.
Las clínicas comunitarias San Ysidro Health Center y La Maestra Community Health Centers en San Diego ofrecen servicios en español con fondos originarios de Southern Caregiver Resource Center.
El objetivo es satisfacer las necesidades del cliente y del enfermo, pero principalmente se enfocan en ayudar a los cuidadores a afrontar mejor su situación, cuidar mejor de sí mismos, aprender técnicas de manejo del estrés y desarrollar habilidades efectivas de comunicación en la familia.
Martha Rañón, de 36 años y residente de San Diego, dijo que encontró los servicios para cuidadores cuando más los necesitaba.
Cuando su tía de 98 años, quien sufre de demencia, enviudó hace cinco años Rañón fue la única en la familia que se responsabilizó y decidió cuidar de ella, algo que llegó a causarle estrés y hasta enfermedades. Se sentía sola y sin apoyo.
"Puede uno leer libros de cómo cuidar a un bebé pero no hay nada que nos prepare para cuidar de un adulto con incompetencia", comentó Rañón. "Los consejeros me ayudaron a controlar mi estrés y a sentirme respaldada, ya no estaba sola".
Rañón dijo que también la ayudaron con la construcción de una rampa en su casa que ayudó con el transporte diario de su tía.
[sidebar]A dónde llamar[/p]
Para obtener mayor información sobre los servicios para cuidadores de familia o para registrarte para una evaluación de tu caso llama al 877.303.7037.
[/sidebar]
Ernesto López escribe para Enlace, el semanario en español de San Diego Union Tribune. editorial@mienlace.com
