Jaime Martínez Veloz, candidato por el V Distrito de Tijuana en la coalición “Va por Baja California”, integrada por los partidos PRI, PAN y PRD, ha llevado a cabo las acciones legales y pertinentes para revertir la Ley Bonilla, impidiendo así que el gobernador en turno siga desmantelando a Baja California por tres años más. Pues el gobierno de Morena ha demostrado ser inoperante, Veloz sostiene que gobernar no es un juego y la rendición de cuentas es un proceso de transparencia que debe redefinir la democracia en México y fomentar una nueva relación del Estado con la sociedad.

“En esta etapa de la pandemia, quienes pueden cruzar la frontera a Estados Unidos son solo los ciudadanos norteamericanos, tal es el caso del gobernador Jaime Bonilla que presume en público sus diversiones en San Diego”, comenta Veloz en el video que publica en redes sociales, sosteniendo que si el voto ciudadano le favorece este 6 de junio, interpondrá todos los recursos que las leyes mexicanas establecen para impedir que Jaime Bonilla desempeñe nuevamente un cargo público en el país, fundamentándose en las violaciones en que éste ha incurrido sobre la Ley de Nacionalidad Mexicana.

Veloz ha trabajado arduamente por proponer una nueva política, democrática e incluyente, donde se logren establecer vínculos reales con la sociedad, combatiendo así la actual distancia que existe entre el Estado y la ciudadanía, pues Jaime Bonilla solamente ha demostrado una incapacidad para mantener relaciones genuinas con la gente, los hechos puntualizan que el gobernador de Baja California tiene un conflicto patente con los empresarios, con su mismo partido y por lo tanto con el bienestar. Gobernar no es un juego, es una responsabilidad enorme que exige lucidez, liderazgo y comunión.

Veloz está dispuesto a trabajar para la gente, imbuirse en las problemáticas reales. Él comprende que para instituir una democracia justa y participativa es preciso practicar la honestidad día con día, evitando la vanidad, la farándula y la mentira de los gobiernos demagogos que actualmente nos (des)gobiernan