Esta semana damos la bienvenida a la columna “Guía lingüística: cultura y habla binacional” a cargo de los colaboradores Mariano Escutia, Brenda Ramiro y Evelyn Herrera.
Tijuana y San Diego comparten una historia conjunta desde el siglo XVI, cuando 24 km los dividían físicamente. Estas dos grandes metrópolis ubicadas en la costa del pacífico siguen compartiendo más que solamente espacio físico, pues además, comparten un matiz lingüístico conjunto lo que se conoce como spanglish o pocho por algunos grupos de la sociedad. San Diego es vista como la ciudad de la cultura y el primer mundo, mientras que Tijuana ha tenido la fama desde el siglo XVII de ser la zona de diversión.
Nuestro uso del lenguaje expone mucho de nosotros mismos, en particular delata nuestro origen regional, nivel de educación, ocupación, edad, trasfondo social y elementos de nuestra personalidad. En otras palabras, por medio del uso de la lengua podemos expresar y exponer nuestra identidad personal y social. Esto sucede ya que nosotros somos influenciados por la lengua que hablamos, en cómo la utilizamos y el contexto en el que vivimos. Los intercambios frecuentes entre habitantes de ambos países fomenta el uso, además de la fusión del inglés y español de manera que evidencian un estilo de vida binacional.
Al ser una región fronteriza, sus habitantes son considerados ciudadanos fronterizos. En nuestra región ocurre un intercambio cultural y social formando así una comunidad transfronteriza. Los habitantes de una comunidad transfronteriza interactúan y se entrelazan de una manera muy particular, con el fin de satisfacer necesidades entre ambos lados de la frontera. La dinámica transfronteriza permite intercambios no solamente a nivel económico sino que también permite intercambios de lengua que van creando una identidad binacional. Esta identidad contiene elementos de ambos lados de la frontera, basta con caminar unas cuadras hacia el lado americano para ver elementos lingüísticos hispánicos como nombres de calles o inclusive señalética gubernamental en ambas lenguas, del lado mexicano es la misma situación de préstamos del inglés pero con adaptación al español.
La interacción en ambas lenguas es tan notable que se tiene la falsa creencia de que la población en general domina ambas lenguas, pero, la realidad es que hay zonas en Tijuana en las que el contacto con el inglés es básicamente nulo. En el caso de Tijuana es más diverso en comparación con la agrupación de poblaciones bilingües o binacionales en comparación con San Diego, en dónde este elemento es más notable o evidente, tal es el caso del Barrio Logan en dónde la comunidad hispana es la gran mayoría de los habitantes, mientras que en el lado mexicano este aspecto no es demasiado visible.
Lo anterior da lugar a la creación de una identidad lingüística de la zona fronteriza (SD-TJ) que delata características que son distintivas de la región en comparación con la zona centro o sur del país. De acuerdo a la Dra. Rosio Molina Landeros académica de la Facultad de Idiomas de la UABC, la identidad de los individuos, inclusive de otros países se americaniza, a nivel lingüístico y social, llegando a generar zonas de la ciudad con un alto número de personas americanizadas a nivel social y lingüístico. Las personas que mantienen una dinámica binacional lo hacen por cuestiones económicas, de servicios de salud más económicos, lo que ha llevado en palabras de la académica a denominar a Tijuana como una ciudad de servicio o de esparcimiento de fin de semana, lo que contribuye en diversos niveles al desarrollo de una identidad compartida entre ambas ciudades.
En conclusión, este estilo de vida binacional es un plus a la interacción sociocultural de la comunidad transfronteriza; una característica que hace única a su población en comparación con una comunidad monocultural que carece de este elemento. El objetivo de esta guía es descifrar y explicar lo que hace única a nuestra región binacional. Los invitamos a seguirnos en este viaje lingüístico y cultural. Stay Tuned.
Mariano Escutia es catedrático de la facultad de idiomas de la UABC, cuenta con la licenciatura en docencia de idiomas y la maestría en lenguas modernas ambas por UABC, actualmente es doctorante en humanidades-lingüística de la Universidad Autónoma Metropolitana, miembro de la comunidad de investigadores del español de la Universidad de Granada y Oxford, es colaborador de la revista glotología de la Universidad de San Marcos en Perú, y es coalition language representative in Spanish at The Coalition of Community-Based Heritage Language Schools.
Brenda Ramiro es profesora de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UABC, cuenta con estudios de la Lic. en Docencia del idioma inglés y la MLM de UABC. Se interesa por el campo de la Lingüística, Adquisición de Lenguas y Enseñanza de FLE.
Evelyn Herrera Noriega cuenta con licenciatura en traducción y Maestría en Lenguas Modernas ambas por la Universidad Autónoma de Baja California. Es maestra de inglés y francés desde hace 10 años en la Facultad de Ciencias y Tecnología y Facultad de Idiomas, al igual que docente de asignaturas dentro del campo de la lingüística en la carrera de Licenciatura de Enseñanza de Lenguas en la Facultad de Idiomas de la Universidad Autónoma de Baja California. Sus intereses académicos y de investigación son lenguajes, lingüística aplicada, sociolingüística, interculturalidad, adquisición y aprendizaje de lenguas extranjeras.
El contenido de este artículo son opiniones de nuestros colaboradores y no representan al medio o sus propiedades.
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