A pesar de que el periodo vacacional por Semana Santa terminó para unos el 4 de abril y para otros el 11; para los residentes en la zona turística de Rosarito fue hasta el pasado 18 de abril. Esto a causa de la enorme cantidad de basura que se generó en esos días, misma que los bares más conocidos de la zona centro no depositaron de forma correcta, provocando que cientos de bolsas de basura y miles de desechos fueran encontrados alrededor del pueblo y las playas.
De acuerdo con el informe presentado por la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT), los visitantes que acudieron a Rosarito durante la Semana Santa de este año, generaron más de 50 toneladas de basura en las zonas turísticas de este municipio, cantidad que superó a la del año 2019 donde se acumularon 22 toneladas, esto pese a que seguimos en estado de alerta por el COVID-19 y la movilidad debería ser menor.
Alarmadas por este reporte, las familias que tienen viviendas en la zona mencionaron que, “las autoridades no hacían nada al respecto”, y que “el olor a basura llenaba las casas”, entre otras quejas.
Lo más triste de esto es que gran porcentaje de esa basura no terminó en el vertedero, sino en las playas a lo largo de toda la costa, demostrando que el turismo va por encima de la cultura del cuidado del medio ambiente, quebrantando incluso el Artículo 58 apartado V de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la cual indica que la secretaría de gobierno deberá fortalecer la conciencia ecológica a través de la realización de acciones conjuntas con la comunidad para la preservación y mejoramiento del ambiente, el aprovechamiento racional de los recursos naturales y el correcto manejo de desechos; lo cual no se ha realizado de manera correcta por los bajos salarios otorgados a los recolectores de basura en tiempos de pandemia, quienes a su vez no pasan de forma regular como lo hacían antes.
Cabe recalcar que también en los reglamentos de la misma LGEEPA, apartado 4.5.8, va dirigido a la prevención y control de la contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras materias, y su objeto es controlar las descargas de los vertimientos de desechos en las aguas marítimas jurisdiccionales mexicanas, considerando los principios, requisitos y condiciones para prevenir el riesgo y el daño que se pueda ocasionar al equilibrio ecológico, lo cual no se ha realizado por parte del Ayuntamiento de Rosarito, que se encuentra a cargo actualmente por Araceli Brown de Morena.
En vista de lo ocurrido, nos damos cuenta que las asociaciones gubernamentales se enfocan más por los ingresos del turismo que por el cuidado de la ciudad para así poder brindar una mejor estancia, pero lo que en realidad se da a conocer es el mal manejo de estos desperdicios y la mala calidad de zonas naturales que puede ofrecer la ciudad de Rosarito.
Independientemente de que las festividades ya pasaron, el turismo continúa y las autoridades siguen sin tomar en cuenta el daño que se está generando.
Frida Carolina Arellano Barrón
Estudiante de Ingeniería en Energías Renovables en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC)
Ponente en el II Simposio y III Seminario Internacional de Educación Ambiental y Desarrollo Sustentable (SIEA) 2020
comentarios
Facebook
SanDiegoRed
Nuevos
Mejores