A los tijuanenses con el respeto de siempre:
Dr. Jorge Astiazarán Orcí
Presidente Municipal de Tijuana.
Miembros del Honorable Cabildo del XXI Ayuntamiento de la Ciudad de Tijuana.
Miembros del Consejo Municipal de Nomenclatura de Tijuana. (Desconozco si dicho consejo funciona).
Este es un llamado a la autoridad para respetar la denominación de origen de la Casa de la Cultura de Tijuana, Edificio Declarada Patrimonio Cultural del Estado de Baja California el 31 de enero del 2014.
En base a qué estudio de perfil histórico personal de una imposición de nombre de tal o cual persona, se cambia el nombre a una institución que ya es un referente histórico en nuestra ciudad, albergada en uno de los edificios más bellos del país como sede de una Casa de Cultura; la cual fue instituida en 1977 por la gran visión del ilustre gobernador Milton Castellanos Everardo, que en las postrimerías de su administración encomendó la tarea de armonizar las inquietudes de la comunidad cultural, para responder al anhelo colectivo de disponer de un recinto de tal envergadura, sin alterar el funcionamiento de las escuelas que ahí funcionaban.
Siendo titular de la Dirección de Asuntos Culturales del Gobierno del Estado de Baja California, el director teatral Jorge Esma Bazán nombrando como primer director al doctor Jorge Veles Trejo, destacado miembro del Centro Cultural Popular, que en la sazón realizaba las tareas culturales más importantes de la ciudad. En aquel primer equipo de trabajo fueron nombradas la concertista Elsa Romero de Tadlock como subdirectora, Guadalupe Quirarte en la promotoría cultural de la Casa de la Cultura de Tijuana y varios destacados artistas en las diferentes disciplinas, integrando un grupo representativo de toda la comunidad cultural siendo esa la gran visión de Jorge Esma Bazán.
Respetando debidamente a la persona la señora Guadalupe Quirarte, valorando su entusiasmo y su capacidad profesional adquirida por años de servicio por su dilatado desempeño como la colaboradora más eficiente del profesor Rubén Vizcaíno Valencia, acudimos ante su alta investidura señor alcalde para que reconsidere la decisión tomada por el cabildo el pasado 23 de agosto del año en curso.
Me sumo a la solicitud de un grupo de personalidades con trayectoria cultural demostrada, que ya han expresado su desacuerdo total con la pretensión desproporcionada de sostener dicha denominación sin consensuar el sentir de la sociedad tijuanense, que de una manera atrabiliaria se toman el derecho de imponer por simpatías personales y seguramente a conveniencia de quienes la proponen.
Es importante reiterar que una gran mayoría de tijuanenses no están de acuerdo con el cambio de nombre a este sitio donde miles de tijuanenses se han educado en diversas disciplinas.
Dicha propuesta hecha por el Seminario de Cultura Mexicana que preside Marco Antonio Labastida, abrazada por Pedro Ochoa, apoyada periodísticamente por Jaime Cháidez y aprobada por el XXI Ayuntamiento de Tijuana es un error y contrario a derecho.
El cambiarle de nombre a este centro de cultura solo demuestra que quienes escriben la historia en Tijuana están al servicio de los caprichos y egos personales. Tal es el caso de la cultura municipal en Tijuana en donde siempre se ha negado los hechos, la realidad contra la historia, esa es la medida de los dudosos méritos para tal nombramiento como es el de "Guadalupe Quirarte".
A buen resguardo de toda esa realidad incómoda, cerrando los ojos y extendiendo la mano está el Archivo Histórico de Tijuana, obedeciendo fielmente la voz del amo; que ha hecho todo lo posible por ocultar la verdadera dimensión de la dominada señora.
No es correcto, no pueden y no es un ejemplo a seguir estos cambios arbitrarios. No pisoteen estos sitios ya conocidos por la comunidad, referentes históricos generacionales de
tijuanenses bien nacidos. Se les pide que den marcha atrás y que respeten lo ya instituido. Esperamos del Sr alcalde que tenga la cordura y sensibilidad para escuchar este llamado.
Ar.
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