El fundador de Telegram, Pavel Durov, fue detenido en Francia la noche del sábado 24 de agosto, tras ser acusado de múltiples delitos. El director de la aplicación de mensajería fue arrestado al llegar al aeropuerto de Le Bourget, cerca de París, en virtud de una orden de arresto emitida por investigadores franceses que lo acusan de diversas violaciones relacionadas con los mensajes cifrados en su plataforma, según informó el medio francés TF1.

El multimillonario franco-ruso de 39 años fue detenido entre las 7:30 y las 8:00 p.m. Venía de Bakú, Azerbaiyán, en la costa del Mar Caspio, y tenía previsto pasar la noche en la capital francesa, pero su plan no se desarrolló como esperaba.
Según autoridades francesas, Durov está acusado de haber permitido la comisión de múltiples crímenes al negarse a intervenir y moderar las actividades en su plataforma. Se le acusa de ser cómplice en tráfico de drogas, terrorismo, delitos contra menores, recepción de bienes robados y otros fraudes.

Una fuente cercana a la investigación indicó que Telegram se ha convertido en “la plataforma número uno del crimen organizado”.

Se espera que este mismo sábado Durov sea presentado ante un juez de instrucción y que el domingo se formulen las acusaciones en su contra. También se prevé que permanezca en prisión preventiva, debido a que tiene los recursos necesarios para fugarse o para entorpecer la investigación.

Cabe mencionar que Pavel Durov había evitado a toda costa viajar a Francia y a Europa en general, consciente de la investigación en su contra.

Pavel Durov en la lista de “personas más buscadas”

Investigadores han declarado que “la impunidad en Telegram ha llegado a su fin”, sorprendidos de que el empresario haya decidido viajar a Francia, sabiendo que es buscado por las autoridades. También aseguraron que probablemente se armó de valor debido a un sentimiento de impunidad.
La plataforma de mensajería, lanzada en 2013, ofrece comunicación cifrada de extremo a extremo y se ha posicionado en contra de las plataformas estadounidenses, criticadas por la explotación comercial de datos. Telegram se compromete a no revelar información de usuarios, lo que ha permitido que se utilice para cometer diversos delitos