El cierre de la campaña electoral en México no sólo marcó el fin de una contienda histórica, en la que dos mujeres disputan la presidencia de la República, sino que también dejó en evidencia la ola violencia e inseguridad que azota al país.

Fue justo ayer, miércoles 29 de mayo, que el candidato Alfredo Cabrera, aspirante a la alcaldía de Coyuca de Benítez, en el estado de Guerrero, fue asesinado a tiros en pleno cierre de su campaña.

"Nadie tiene claridad sobre de qué lado viene la violencia. Pero hay grupos de crimen organizado, del narcotráfico y por supuesto algún nivel de violencia dentro de los partidos políticos que hemos identificado, estos últimos están tratando de hacerlos pasar por ataques del crimen organizado, pero son perpetuados por grupos partidistas", declaró Daniela Arias, coordinadora del Laboratorio Electoral, en una entrevista con RFI Noticias.

La violencia como el principal enemigo de la democracia y la participación política en México

Esta contienda electoral se ha convertido en una de las más sangrientas en la historia moderna del país. Según el último informe del Laboratorio Electoral, 84 políticos han sido asesinados durante la campaña, 34 de ellos eran candidatos a un puesto de elección popular.

Desde el inicio de la contienda en 2023, el Laboratorio ha monitoreado los crímenes que han ensombrecido el proceso electoral. Sin embargo, fue justo en la recta final, cuando la violencia electoral alcanzó su punto más alto.

Falta de seguridad y protección a candidatos en México

Durante el proceso de campañas electorales y en el recorrido a los distintos poblados, muchos candidatos optaron por realizar sus actividades portando chalecos antibalas, mientras que los aspirantes a la presidencia de México eran acompañados en todo momento por hasta 24 agentes de seguridad encargados de proteger sus vidas.

¿Esto era suficiente? La respuesta es no, casos como el del candidato Alfredo Cabrera son el claro ejemplo de ello, quien fue brutalmente asesinado, a pesar de contar con equipo de seguridad.

Desafortunadamente, un país como México no cuenta con los protocolos de seguridad y protección para hacer frente a un proceso electoral, eso se vio reflejado en esta contienda manchada por sangre.

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