Rodeado de viñedos, montañas y mucha tranquilidad, Fernabella’s Lodge es actualmente una de las estancias más populares en el Valle de Guadalupe.
En alusión a un rincón europeo, estas cabañas de madera y techo de dos aguas hacen creer a sus huéspedes que están un cuento de hadas debido a los minuciosos y pintorescos detalles producto del diseño de sus espacios.
Ideal para los amantes de la fotografía y los días de campo, el lugar se encuentra en un rincón selecto al lado de la carretera principal de El Porvenir, justo en las inmediaciones del rancho Bibayoff, donde sus fachadas de estilo alemán rápidamente atraen la vista de los viajeros.
Su constructora, Anabella de Benítez, originaria de Sonora, pero criada en Mexicali, es abogada de profesión y vio en esta tierra una oportunidad tras maravillarse de la naturaleza circundante. Dado su gusto por la arquitectura y la jardinería se aventuró a este proyecto, diseñándolo todo ella misma desde los cimientos. Cada objeto, planta, estructura y cabaña fue producto de sus manos y su selección, sin embargo, el concepto comenzó con una idea muy diferente:
Nosotros trajimos a vender aquí unos quesos gourmet que son poblanos, son quesos de cabra, y nadie los tenía. Estos quesos de cinco sabores los distribuimos en las vinícolas con mucho éxito.Se nos ocurrió acomodarlos mejor en un lugar que tuviéramos exclusivo. Para atraer gente pusimos un asador de conejo, y codorniz. Fuimos aumentando los platillos como faisán, avestruz y una deliciosa paella, entre otros, pero tuve un problema de salud y cambiamos de giro a cabañas. Comencé a construir una y luego otra y así se dio.
La dueña explicó que el nombre de “Fernabella’s” vino de la combinación del nombre de su esposo, Fernando, y el de ella, Anabella.
Queríamos que se escuchara europeo, pues quedamos en la zona de nombres como Pijoan, Tregalline y Bibayoff.
Desde hace 10 años Fernabella’s Lodge brinda hospedaje y escapadas románticas para aquellas personas que buscan la comodidad. Los precios de sus atractivos paquetes varían según la temporada y van desde los 1,700 pesos la noche hasta los 2,900 por noche con desayuno incluido en Café Almagre, ubicado tan solo a unos pasos. Otras promociones incluyen también comida y degustación de vinos en Bibayoff desde los $4,000 a $4,600 pesos por pareja.
El estilo que las cabañas guardan es único, y cada una posee su propio sello y personalidad.
“Hispania” tiene un toque medieval y un aire barroco con decoración pesada que incluye candelabros, acentos religiosos, un baúl y una barrica de roble, así como tapetes persas y adornos egipcios.
“Toscana” nos invita a un viaje a Italia con mayor sutileza, sábanas blancas, un alto techo con travesaños, cuadros con flores, muebles petit y espejos redondos.
Por su parte, “Ecléctico”, por definición combina diferentes elementos y estilos, decantándose por la madera en los baños y el piso, mientras que elige cabeceras árabes. Su exterior, pintado de bellos colibríes trazados por la famosa artista plástica y ambientalista Rocío Hoffmann Silva, toman el jardín como santuario. A los costados de la puerta posee dos fieles guardianes cascanueces y se flanquea con macetas de echeverrías y suculentas.
Finalmente, en la cabaña “20’s” viajamos a esa década donde el Charleston reinaba. Aquí encontrarás artículos parisinos, porcelana, un reloj de la época, papel tapiz en sus paredes y colchas floreadas en las camas.
Anabella nos habló sobre lo que evoca el interiorismo de las cabañas:
Para no caer en lo mismo, quisimos hacer un estilo que recordara a la casa de la abuelita, a algún pasado. Los muebles, la ropa de cama, de baño, los accesorios, todo es antiguo, hay cosas que tienen más de 150 años. Los colchones y las instalaciones son nuevas pero el mobiliario es rústico y fue escogido cosa por cosa.
Al explorar el jardín uno puede apreciar la dedicación detrás del montaje: los caminos de gravilla, los conjuntos de flores silvestres y los senderos que interconectan a las habitaciones son encantadores con muchos colores.
Un área común sirve como punto de reunión familiar para realizar asados y disfrutar al aire libre dando paso al esparcimiento al elegir acostarte en las hamacas. Cuando la noche cae, la lejanía de las luces citadinas activa los contrastes del cielo y permite ver las estrellas, reconectándote con la serenidad de la Tierra.
Apodada “la señora de los patos” por la reputación adquirida al soler cocinar patos a la leña en su hogar para turistas y estadounidenses, la residente de Ejido Guadalupe se hizo popular en la zona, y aunque esos días han quedado en el pasado, Anabella, esporádicamente, prepara platillos para ella en la cocina, misma que pueden usar los huéspedes.
Su enorme carisma para recibir amablemente a los visitantes le garantiza el éxito en todas sus formas. Dentro del sinfín de sus talentos se incluye la pintura. Esta sensibilidad artística la llevó a dibujar con sorprendente habilidad algunas piezas que puedes encontrar tanto dentro como fuera de las cabañas, realzando la originalidad campirana del recinto y brindando en general una estancia inolvidable.
Puedes reservar en “Fernabella’s” a través de su página oficial, en Booking, Expedia y Best Day.
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