El sol cubría las calles de Tijuana este viernes 8 de marzo, al igual que las cientos de mujeres que se concentraron en la glorieta Las Tijeras, gritando al unísono de “¡Justicia, Justicia!”.

La ola violeta avanzaba por las principales avenidas con pañuelos, prendas y pancartas, floreciendo con rabia en el marco conmemorativo por el Día Internacional de la Mujer.

Las paredes y monumentos se convirtieron en lienzo para los murales y pintas que gritaron los nombres de las desaparecidas y las asesinadas en México, un país donde se registran entre 10 y 11 feminicidios al día.

Asimismo, la lucha de decenas de mujeres que sufren violencia vicaria se vio reflejada en cada uno de los murales que se concentraban en Zona Río, los espacios fueron ocupados por los nombres de padres ausentes e irresponsables que no pagan la pensión de sus hijos.

Tras el inicio de la marcha los contingentes de mujeres jóvenes vestidas de negro, con pañoletas y gafas oscuras ocultándoles el rostro, arroparon a las madres acompañadas de su hijas e hijos pequeños, a las personas con movilidad reducida y a las adultas mayores.

A medida que avanzaba el paso, cada vez más lento y rígido, por la multitud que se unía al recorrido, algunas manifestantes realizaban pintas con los nombres de los agresores que habían marcado sus vidas y que continúan por la vida sin remordimiento alguno.

La marcha del 8M se convirtió en un espacio para que las mujeres pudieran caminar por las calles y alzar la voz, cada mujer gritaba y visibilizaba su propia historia de desigualdad, inseguridad, abuso y/o violencia.

Mujeres de la tercera edad, jóvenes con brillantina en su rostro, estudiantes portando el uniforme de sus escuelas, las madres que cargaban a sus hijos en brazos, las que alzaban los carteles con fotografías de las hermanas o madres que asesinaron o están desaparecidas, todas y cada una de ellas, integraron el grupo que cubrió de verde y morado las calles de Tijuana.

Marcha por el 8M se apodera de las instalaciones del Ayuntamiento de Tijuana

El contingente feminista llegó al Palacio Municipal, donde algunas mujeres se acercaron amablemente y plantaron flores a las policías uniformadas, quienes rodeaban las instalaciones del Ayuntamiento de Tijuana y permanecían inmóviles cual estatuas.

Otras por su parte gritaban de manera colectiva “La policía no me cuida, me cuidan mis amigas” “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, posicionándose frente a las uniformadas y sosteniendo pancartas con mensajes reflexivos.

Cabe destacar que la policía municipal permaneció frente a las instalaciones del Ayuntamiento de Tijuana durante toda la marcha, una vez que esta concluyó, las pintas realizadas por colectivos feministas fueron limpiadas a la brevedad.

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Mujeres migrantes luchando por sus derechos

Las mujeres en situación migrante también se unieron a la manifestación, exigiendo que se respeten sus derechos, ya que no solo enfrentan el desafío de la movilidad, sino también la violencia de género.

“No tienes derecho a tocarme en el transporte” se leía en los letreros, “las migrantes también merecemos justicia” eran las palabras escritas en las paredes de la ciudad.

La presencia de estos grupos en la marcha del 8M, permite generar conciencia sobre las actuales políticas migratorias que empujan a las mujeres a tomar decisiones que ponen en riesgo su vida, y que al mismo tiempo las invisibiliza.

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¡No están todas, nos falta Diana!

A casi 6 años de su desaparición, las amigas y compañeras de Diana Piggeonountt, una joven estudiante de la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas continúan manifestándose y exigiendo justicia y transparencia en su caso.

Desde que se reportó la desaparición de la estudiante de educación media superior, hasta el día de hoy, se han hecho numerosas marchas y manifestaciones para exigir que las autoridades den con su paradero, durante la marcha del 8M su nombre sigue siendo gritado por decenas de mujeres.

Con micrófono abierto y quema de carteles finalizan las manifestaciones

Tras caer la tarde; los cánticos y tambores se profundizan, las mujeres se unen en una solo voz y comienzan a cantar “Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo, si un día un fulano te apaga los ojos, ya nada me calla, ya todo me sobra, si tocan a una, respondemos todas”.

El monumento las tijeras tembló con la icónica canción de ‘Sin Miedo’ de Vivir Quintana, himno feminista contra las violencias que sufren a diario las mujeres del país. Al mismo tiempo, grupos de mujeres pegaron sus pancartas frente a los muros de Plaza Río, y otras las prendieron fuego,

Finalmente, cuando los cantos cesaron, las únicas voces frente al micrófono fueron aquellas de quienes valientemente denunciaron a su agresor y contaron su historia de vida, la historia que las unió al movimiento feminista.

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