La relación entre el ex gobernador Jaime Bonilla y el ahora candidato a senador por MORENA, Armando Ayala ha reavivado su fuego, luego de que el ahora presidente del PT en el estado, se mofara durante sus jornadas “por la paz” del gusto del ex alcalde por la comida de perros.

A pesar de que ambos militan en partidos aliados, no ha habido recato de parte de Jaime Bonilla en contra de su leal seguidor de proyecto; bufonamente, durante sus jornadas propagandísticas, el empresario señaló que en el sobreruedas por el que transitaba, había encontrado un puesto donde Ayala podía comprar comida de perro suficiente para un mes.

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El ex alcalde de Ensenada fue protagonista, meses atrás, de un vídeo en el que se le observa festejando el cumpleaños de su mascota [un perro]; el vídeo tomó relevancia luego de que el político comiera de dicho pastel, ignorando que es preparado con comida para mascotas.

Jaime Bonilla no ha dejado pasar la oportunidad de recordarle el bochornoso momento al ahora candidato a senador mediante un vídeo que, ¿está de más decirlo? Es financiado con recursos públicos.

Tales acciones, por lo demás, carentes de seriedad, a la manera de Bonilla, parecen ser la respuesta, luego de que Ayala rechazara la invitación del empresario para sumarse al proyecto del PT en Baja California.

Ese rechazo le ha valido una serie de descalificaciones, las cuales son ya un recurso típico del empresario, en contra del ex alcalde, a quien lo ha criticado en distintas ocasiones de mantener nexos con cárteles de la droga.

Para aumentar el rencor de Bonilla, se suma el reciente desalojo de las oficinas de PSN en Ensenada por no pagar la renta. Las cuales le han dado pie al ex gobernador de jugar al bravucón.

Por su parte, Armando Ayala, carente de carácter y sabiéndose débil políticamente hablando, se ha mantenido en una actitud que tambalea entre lo respetuoso y lo sumiso. Sabe que sus aspiraciones políticas no son alcanzables por sí mismo y que necesita o el apoyo de MORENA, o el del empresario.

La relación entre Bonilla y Ayala ha pasado por todas las etapas de una relación amor-odio posible. Basta recordar cuando Jaime Bonilla, siendo gobernador de Baja California, hablaba del ahora ex alcalde de Ensenada como el mejor sucesor a su administración o aún más exagerado, al propio Ayala hablando de Bonilla como el próximo presidente de México.

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