Poor Things (Pobres Criaturas, título al español), la nueva película de Yorgos Lanthimos, ganadora en los Globos de Oro y los Critics Choice Awards, explora el universo que habita Bella, el cual es tan peculiar como ella.

En la historia, Bella (Emma Stone) es una joven mujer que vuelve a la vida como resultado de un experimento desarrollado por el científico Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe). Ansiosa por explorar todo lo que la rodea y adquirir experiencias, Bella huye con Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un abogado astuto y libertino, en una aventura a través de diversos países.

Hay mucho qué decir acerca de Poor Things, cinta que se encuentra en un pedestal por la crítica y aficionados del séptimo arte.

Si bien el cine de Yorgos Lanthimos no es para el gusto de todos, con Poor Things puede volarte la cabeza, pero no de la forma en que creerías…

Como te mencionamos, Bella es un experimento. Se trata de una mujer embarazada quien se suicidó, y, al ser encontrada por el Dr. Godwin Baxter, este decide traerla a la vida trasplantándole el cerebro del feto que se encontraba en su vientre. Por esta razón, al iniciar la película, vemos a una Bella inocente e ingenua aprendiendo a caminar y a comer apropiadamente.

Conforme la cinta avanza, el desarrollo de Bella también lo hace y, si bien se hace saber que su proceso es más acelerado de lo normal, realmente nunca te dejan en claro alguna especie de comparativa para que entiendas un aproximado de qué edad tiene Bella mentalmente. Sin embargo, durante toda la cinta, puedes percibir que se trata de la mentalidad de un infante.

Los aspectos positivos

Antes de indagar en el desarrollo de la trama, toquemos los buenos puntos de la película: sus aspectos técnicos y memorables actuaciones.

El diseño de producción presenta entornos creativos y originales, fruto de una ecléctica mezcla de inspiraciones provenientes del cine, la arquitectura, el dibujo y más.

La singular personalidad de Bella Baxter requería la construcción de un mundo igual de especial para que ella habitara. Es por eso que Lanthimos optó por crear sets desde cero en lugar de filmar en locaciones, y que así se convirtieran en parte del entramado de la película, logrando incluso, que los escenarios se sientan como un personaje más.

Se construyeron mundos nuevos de países como Londres, París, Alejandría y Lisboa. Según un artículo del portal Siete24, cada espacio se diseñó de forma extremadamente detallada, con múltiples objetos y recursos decorativos que los volvían auténticamente habitables. En combinación con los sets físicos, el equipo usó técnicas como fondos pintados a mano, proyecciones y pantallas LED.

En el diseño de fotografía, se decidió filmar las primeras partes de la película en blanco y negro. Cuando Bella emprende su recorrido por el mundo, se despliegan múltiples colores, predominando los tonos azules y amarillos.

El ayer y el hoy

Para lograr la extraordinaria estética de la cinta, Yorgos Lanthimos trabajó con los diseñadores de producción James Price y Shona Heath, conocida por su trabajo con el destacado fotógrafo Tim Walker.

En conjunto, Price y Heath conversaron sobre épocas de las que querían extraer elementos para establecer el tono de la cinta. Por un lado, Heath se inspiró en las caricaturas de Albert Guillaume creadas durante la Belle Époque en París, las cuales eran consideradas futuristas para la época.

“Siempre tratamos de imaginarnos que la historia estaba ambientada en el pasado, pero con una visión de futuro”, explica Heath.

Por otro lado, recurrieron a la filmografía de directores de la vieja escuela como Federico Fellini y Michael Powell, así como de realizadores contemporáneos, por ejemplo, Roy Andersson, conocidos por la construcción de mundos en estudio.

Una casa como ninguna otra

Entre los sets construidos para la película se destaca el de la casa de Baxter, inspirada en la obra del arquitecto John Stone. Lanthimos explica que dicho diseñador derribaba paredes y abría los diseños, una idea que parecía tener relación con la manera en la que el Dr. Godwin Baxter trataría su propia casa.

“Si uno es de los mejores cirujanos del mundo, va a crear lo que uno quiere. Baxter es un creador que hizo algo que ningún ser humano hizo antes, de modo que su casa tiene que ser una manifestación de eso”, expresó Price, diseñador de producción.

Emma Stone ganará el Óscar

Si me atrevo a hacer dicha afirmación, es porque no hay de otra. Stone ofrece la actuación de su vida al interpretar a Bella Baxter. La vemos experimentar tantas emociones y actitudes como las que conforman al ser humano: desde la inocencia, la incredulidad y la bondad, hasta la rabia, desprecio y la lujuria.

No es por nada que la crítica aclama su actuación al ser una de las mejores del último año, y es que, seguramente repetirá sus victorias en lo que va de la temporada de premios, al consolidarse con su segunda estatuilla del Oscar. En esta ocasión, Emma Stone no tiene competencia.

Poco se habla del talento de Mark Ruffalo

Si bien Emma acapara a todos sus compañeros de reparto, no podemos dejar de lado la grandiosa interpretación de Mark Ruffalo como Duncan Wedderburn, el excéntrico abogado con el que Bella escapa a descubrir el mundo.

Ruffalo sale de su zona de confort y el molde en el que se le estancaba para mostrarnos una de sus mejores interpretaciones hasta ahora. Siendo parte de los momentos cómicos de la película, Wedderburn se convierte en un personaje difícil de olvidar.

Y, por otro lado, tenemos al fantástico Willem Dafoe como el Dr. Godwin Baxter, creador y tutor de Bella. Si bien no lo vemos tanto en pantalla, Dafoe, como siempre, logra una exquisita interpretación. Pero, ¿qué podemos decir? Willem Dafoe es una estrella que siempre consiente a la audiencia con su impecable trabajo.

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Regresemos al desarrollo de la trama…

Si bien Poor Things es una obra maestra en cuanto a sus aspectos técnicos, la cinta no logra todo lo que prometía en un inicio. Y es que, a partir de los engañosos trailers (los cuales ocultan muy bien las numerosas escenas de intimidad explícita), la película te vende una exploración del ser humano a través de los ojos de una mujer adulta con el cerebro de un bebé. ¿Qué pasaría? ¿Vería el mundo con una perspectiva diferente? ¿Actuaría a través de sus propios valores, o de lo que aprende mediante la colectividad de la sociedad?

Poor Things, sí, responde a todos estos cuestionamientos, pero de una manera pretenciosa e incluso, innecesaria.

No pasa mucho tiempo para que la cinta muestre escenas de Bella descubriendo su sexualidad por medio de la autoexploración, lo cual, sí, se puede encontrar justificable porque, seamos honestos, la sexualidad conforma al ser humano. No obstante, este recurso quema su sentido por su uso tan frecuente.

Toda la primera parte de la cinta se desarrolla de una manera acertada y, acompañada de su maravillosa cinematografía, resulta en escenas que cautivan los sentidos. Es como ver una obra de arte cobrar vida ante tus ojos. Además, se nota la presencia de efectos prácticos y eso siempre resulta magnífico. Aún con esto, un tema que todos parecieran estar ignorando, son los grandes agujeros en la trama y lo polémica de esta misma.

El cine de Yorgos Lanthimos siempre se ha caracterizado por lo visceral, crudo y retorcido que puede llegar a ser. Sin embargo, en esta cinta, vemos numerosas escenas de sexo explicito, las cuales, en su mayoría, se perciben innecesarias y hasta injustificadas. Esto resulta perturbador al considerar que en todo momento, Bella tiene el cerebro de un infante. A pesar de su desarrollo, todo el tiempo podemos percibir que Bella piensa y actúa como una niña, o por lo menos, una criatura con inocencia e incredulidad, a quien vemos siendo víctima de hombres que la tratan como objeto sexual.

No termino de entender realmente cuál es la justificación o motivo detrás de tantas escenas grotescamente sexuales.

Muchos dicen que la película es una representación de la libertad sexual femenina e incluso, hay quienes la comparan con la cinta Barbie, pintándola como una obra que ‘representa el feminismo’.

La realidad es que estas opiniones no pueden estar más lejos de la verdad al referirse a una obra que hipersexualiza a una mujer que posee la inocencia e ingenuidad de un bebé. Este aspecto, desde mi opinión personal, resuena más fuerte que los grandes logros técnicos de la cinta. Aún no comprendo por qué, tanto la crítica como la audiencia, están dejando este tema de lado.

Desde que inicia hasta la mitad, Poor Things pareciera ofrecer un análisis y representación de la complejidad humana al construir poco a poco la moralidad y valores de Bella, pero a partir de la segunda mitad, cae en una obra pretenciosa y sin sentido que olvida su argumento.

En conclusión, Poor Things es una obra maestra en aspectos técnicos y la actuación de Emma, la mejor de la cinta y hasta de su carrera. Sin embargo, esto no logra ser suficiente para que la película permanezca de pie a partir de la segunda mitad. Con una trama llena de aspectos confusos y pretenciosos, resulta bizarro y totalmente innecesario ver múltiples escenas donde hombres mayores toman ventaja de una mujer con el cerebro de un bebé.

Si bien en algunas ocasiones esto podría ser ‘justificado’ de una manera rebuscada, en la gran mayoría de las escenas no aporta a la trama, lo cual resulta retorcido y no oculta sus ganas de provocar el morbo de la audiencia o quizás, hasta de los propios creadores del film.

Recordemos que Poor Things se ha vendido como una cinta que explora la condición humana, así que el hecho de ver que Bella adquiere su libertad y valores a través de actos tan grotescos en lugar de explorar caminos más enriquecedores y detallados, resulta en una decepción. Una que gira en torno al sexo y se disfraza sin verguenza como ‘liberación femenina’.

Como siempre, recuerda que esta es solo una reseña y que no hay nada mejor que tener tu propia opinión, así como respetar las de los demás.

Si te consideras alguien de mente abierta y estás interesado en conocer el peculiar mundo Bella Baxter, no te pierdas Poor Things este 25 de enero en tu cine favorito.