Punta Bandera, la planta de tratamiento de aguas residuales que dejó de funcionar en el 2015, será rehabilitada como parte de un proyecto destinado a solucionar el grave problema de contaminación transfronteriza entre San Diego y Tijuana.

Dicha planta descarga diariamente miles de litros de aguas negras al mar, llevándose con la corriente esa contaminación a las playas de San Diego como Imperial Beach y provocando su cierre para uso público debido a los altos niveles de estreptococos en el agua.

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El ejército mexicano será la institución encargada de llevar a cabo el proyecto de restauración de la planta de Punta Bandera con el apoyo de la gobernadora del estado, Marina del Pilar.

Actualmente se encuentran secando las lagunas de sedimentación para instalar equipo que pueda tratar adecuadamente el agua residual. El plan es reutilizar el recurso para regar tierras agrícolas y para la industria.

Se espera que las instalaciones de Punta Bandera estén funcionando para finales de septiembre de este año.

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