Ericka Aldana, de 40 años, residente de Chula Vista, se declaró culpable en un tribunal federal el pasado martes 19 de diciembre y admitió ser partícipe de una operación de tráfico de personas.

La mujer “ayudaba” a inmigrantes indocumentados a cruzar en cajuelas de autos a través del puerto de entrada de Otay Mesa.

Aldana admitió que reclutó al menos a cinco conductores, les consiguió vehículos, les obtuvo pasaportes y les enseñó cómo vestirse y cómo responder preguntas de los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza, además les dio instrucciones a los conductores respecto a lo que ella creía que era el carril fronterizo de menor riesgo.

Aldana admitió haber contrabandeado a más de 25 extranjeros durante un período de cinco años, algunos de los cuales pagaron hasta 10 mil dólares para introducirlos de contrabando en Estados Unidos.

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“La trata de personas está motivada por la codicia, como lo demuestra el acusado en este caso”, dijo el agente especial a cargo de HSI San Diego, Chad Plantz.

Está previsto que la acusada ​​sea sentenciada el 15 de marzo de 2024 ante la jueza de distrito estadounidense Kathy Ann Bencivengo, estaría enfrentando hasta cinco años de prisión y una multa de hasta 250 mil dólares.

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