Contrario a la opinión que gira en la mayoría de los medios de comunicación, Xóchitl Gálvez puede ser la gran sorpresa en las elecciones presidenciales del 2024.

Desde Palacio Nacional se pretende que los resultados de las encuestas tengan el valor de una verdad absoluta. Los primeros en creer y replicar los resultados hasta el cansancio han sido los medios de comunicación, crédulos hasta la médula, ignoran o prefieren ignorar que las casas encuestadoras, cualquiera de ellas, han sido cooptadas a plena luz y sin decoro por el mismo gobierno. De ahí que coloquen a la candidata de MORENA, Claudia Sheinbaum, como la favorita de las masas populares.

AMLO ha logrado que la encuestocracia se coloque como un instrumento de validación política, a pesar de ser un instrumento fácilmente alterable y engañoso porque, la opinión de la mayoría no puede suponerse como una verdad.

Otros medios, claramente internacionales y de una seriedad menos superficial, como el Washington Post cree tener otra lectura sobre los procesos electorales de México.

Un artículo del Washington Post señala que la candidata de la oposición [PRI-PAN-PRD] tiene serias posibilidades de ganar las próximas elecciones y que el mismo presidente, López Obrador lo sabe; señala que, de lo contrario, él no estaría tan preocupado por tratar de desprestigiarla en cada Conferencia Nacional y a través de su red de opinadores y miembros de MORENA.

No hay un solo día en que, alguno de los seguidores de AMLO, ataque a Xóchitl Gálvez. ¿Por qué? Si la candidatura de Claudia Sheinbaum es tan sólida y cuenta con el respaldo del pueblo mexicano, ¿por qué preocuparse por Gálvez?

Xóchitl Gálvez representa la realidad de un México distinto. Originaria de un seno familiar humilde, con raíces indígenas, la candidata de la oposición ejemplifica el discurso propagandístico del presidente, cuando refiere sin comprender demasiado, “Primero los pobres”, Xóchitl Gálvez podría ser el ejemplo de eso. No Claudia Sheinbaum.

El Washington Post señala un punto importante que la distingue del resto tanto de opositores como de seguidores.

Ciertamente no parece temerle a López Obrador, ni a los generales, políticos corruptos y narcotraficantes que respaldan silenciosamente a su gobierno

López Obrador ha utilizado todo el poder mediático del que goza para tratar de tumbar la candidatura de Gálvez y su misma persona, que se ha mostrado siempre optimista, seria sin perder la energía que la ha caracterizado.

AMLO ha dicho que Gálvez es un instrumento de las cúpulas conservadoras; ilegalmente ha utilizado al SAT para poner al descubierto información privada de sus ingresos y declaraciones, con el fin de dinamitar su credibilidad; ha dicho en diversas ocasiones que ella no puede ser descendiente de indígenas por su color de piel; se ha burlado abiertamente de que en su juventud, Xóchitl Gálvez haya tenido trabajos honrosamente humildes como vender gelatinas y que es imposible que ahora sea una empresaria exitosa; ha intentado desacreditarla de muchas maneras y en todas ellas, él y sus seguidores morenistas han fracaso.

Su último recurso parecen ser las casas encuestadoras con sus dudosos resultados que colocan a la desencajada Claudia Sheinbaum como la principal candidata a la presidencia. Sin embargo, ni Xóchitl Gálvez ni el Washington Post los toman tan en serio.

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