Dividiendo opiniones entre quienes la consideran desfavorable para empresarios y benéfica para los empleados, la nueva reforma laboral sigue su curso para aprobarse en la Cámara de Diputados, esperando que el Poder Legislativo le dé el visto bueno.

De avalarse, habría una modificación histórica en la Constitución y la Ley Federal del Trabajo, y los trabajadores verían reducida su jornada de 48 a 40 horas a la semana, es decir podrían gozar de dos días de descanso, mejorando así su productividad, bienestar y reduciendo el estrés. Modelo que ha sido comprobada su eficacia en otros países.

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No obstante, hay dos sectores que no tendrían dicho beneficio: se trata de los trabajadores informarles, aquellos que no están bajo ningún contrato, horario fijo y cuyos empleadores no los tienen dados de alta en el IMSS o no paguen impuestos al SAT; y los que laboran desde su casa, es decir, bajo el esquema de home office, pues se considera que tienen condiciones más favorables para desempeñar sus labores.

De acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) actualmente en México el empleo informal es del 60%, por lo que hombres y mujeres de este sector no tienen acceso a instituciones de salud y enfrentan mayor vulnerabilidad, sin que se les respete sus derechos laborales fundamentales.

Entre los trabajos con mayor informalidad se encuentran el comercio minorista, la industria agropecuaria y la manufacturera.

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