El caracter del conflicto árabe-israelí, que comprende los territorios entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, más que político es de índole histórico y religioso; para los creyentes en la fe de Jesús, la Tierra Santa es el lugar donde nace el cristianismo; para los judíos, es la tierra prometida; para los musulmanes, es el lugar en que el profeta Mahoma ascendió a los cielos.

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¿Dónde se encuentra la raíz de este conflicto y de dónde surgió la idea de un estado israelí? La respuesta se remonta a la época antigua, durante los primeros asentamientos del pueblo judío en Palestina.

Breve historia de Israel

El nombre de Israel aparece por primera vez durante el siglo XIII a.c. Su origen ha sido discutido por historiadores, quienes se han limitado en los últimos años, a los rastros arqueológicos, por encima de las referencias bíblicas, con el fin de evitar la prolongación de la disputa ideológica.

Desde tiempos remotos, el pueblo de Israel se ha caracterizado por ser un pueblo en constante dominación extranjera, que ha derivado en un éxodo continuo.

En el año 586 a.C. la ciudad de Jerusalén fue tomada por Nabucodonosor; en el 53 hasta el 525 a.C Judá pasó a ser posesión del Imperio Persa, con Ciro II el Grande, que ayudó a la restauración de Jerusalén e impulsó el culto a Yahweh, el Dios de Samaría y Judea. (Bajo el imperio persa se llevó a cabo la composición de los libros que componen la biblia).

Durante el siglo III a.C. El dominio pasó a manos del reino Ptolomeo de Egipto; en el siglo II, los seléucidas de Siria pasaron a dominar Palestina, e intentaron el exterminio total de la cultura judía. En el 63 a.C. El Imperio Romano quedó al mando de la Tierra Santa. A partir de año 70 a.C, el pueblo judío comienza a errar por oriente medio y Europa en un éxodo denominado Galut, cuyo significado es superior al de diáspora, y que significa dispersión, desarraigo y aislamiento.

Conflicto arabe-israelí

La constante movilización del pueblo de Israel, en búsqueda de una tierra en donde pudieran profesar su creencias libremente provocó el rechazo de diversos gobiernos de la Edad Media. En el año 1290, el Rey de Inglaterra, Eduardo I firmó el Edicto de Expulsión que ordenaba a todos los judíos abandonar dicho país antes de noviembre de ese año; en 1394 el rey Carlos VI de Francia hizo lo propio, ordenando además, la quema de libros sagrados de la cultura hebrea; en 1492, los reyes católicos de España también obligaron la expulsión del pueblo judío de las tierras ibéricas.

Las persecuciones europeas derivaron en la creación del movimiento denominado sionista, liderado por Theodor Herzl y cuyo principal objetivo era el establecimiento de un Estado Judío como solución frente al antisemitismo. Luego de que se plantearan diversos destinos para la creación de dicho estado, incluyendo algunas zonas de América del Sur, la decisión estuvo regida por el Antiguo Testamento.

En el Génesis, en el capítulo 28: 10-17, se lee que Dios le habla en sueños a Jacob (hijo de Isaac, nieto de Abraham), en donde le dice “Yo soy Yahvé, el Dios de Abraham tu padre…La tierra sobre la cual estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia”. Durante ese sueño, Jacob se encontraba en su camino de Bersaba a Jarán, actual Palestina.

Luego del rechazo por parte de diversos gobiernos, Herzl se apoya en la comunidad judía civil. Se pone en contacto con sionistas de otros países y comienza a propagar sus ideas a través del periódico Die Welt; agregado a esto, el antisemitismo, sobre todo en el este de Europa comenzó a crecer, provocando las dos primeras movilizaciones judías hacia Palestina a finales del siglo XIX y principios del XX.

Luego de la Primera y Segunda Guerra Mundial, el exterminio en contra de los judíos fue continuo, lo que intensificó la movilización hebrea hacia Palestina, que formaba parte del Imperio Otomano y cuyos territorios se repartieron entre los vencedores de la Gran Guerra.

Con el apoyo del Imperio Británico, se oficializó finalmente en 1922 el establecimiento del pueblo judío en Palestina. Esta decisión desfavorecía a los árabes que habitaban en el país; con la llegada de los nazis al gobierno alemán, las tensiones entre estos dos pueblos se intensificaron. Entre los palestinos se agudizó un sentimiento patriótico que culminó en la Gran Revuelta Árabe de 1936 a 1939.

Luego de los estragos del Holocausto, de la Segunda Guerra Mundial, de las presiones sionistas contra el imperio británico, se funda la Organización de las Naciones Unidas, que favoreció a la creación de un estado judío-palestino, propuesto en la “Solución de los dos estados” también conocida como Resolución 181. Esta decisión llevó a la división de Palestina en dos estados, árabe y judío, con un régimen internacional para Jerusalén. Los conflictos bélicos comenzaron en 1948 cuando Israel declaró su independencia.

Los ejércitos árabes atacaron al estado judío, dando inicio a la guerra árabe-israelí que continúa hasta nuestros días, luego de que los árabes quedaran limitados a los territorios de Cisjordania y la franja de Gaza, desde donde la organización islámica palestina Hamás atacó el pasado sábado 7 de octubre a Israel. Cerca de cumplirse 50 años de conflicto, la paz entre estos dos pueblos parece estar lejos de concretarse.

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