La más reciente publicación de Jaime Veloz, "El impostor. Crónicas de un infiltrado del FBI" documentan todos los pasos delictivos que han forjado la carrera política y empresarial del exgobernador Jaime Bonilla, quien es además, uno de los personajes principales de la llamada "Cuarta transformación" del presidente López Obrador.
El repaso se encuentra en el libro El impostor. Crónicas de un infiltrado del FBI, que en su portada muestra la foto de prontuario en la que aparece el senador morenista de frente y de perfil, identificado como el preso número 13380. El motivo: fraude al Infonavit.
Las historias contenidas en el libro forman parte de un amplio expediente documental reunido por el autor, Jaime Martínez Veloz. Por si lo anterior fuera poco, muestran la manera en la que, en medio de acusaciones de corrupción, Jaime Bonilla logró un acuerdo de infiltración en el Distrito de Otay, en San Diego, con el propósito de que el FBI investigara un caso de corrupción en la localidad.
Impreso el pasado mes de junio, El impostor reúne las investigaciones realizadas por Martínez Veloz, político que hasta 2019 participó en Morena y decidió disputarle a Bonilla la gubernatura de Baja California en 2019 por el PRD, partido en el que actualmente milita.
La trayectoria política de Martínez Veloz va desde los movimientos universitarios y la militancia en partidos de izquierda en Coahuila, hasta el servicio público en gobiernos emanados del PRI, partido por el que fue diputado y, como tal, partícipe de la Comisión la Concordia y Pacificación en Chiapas en los noventa, una ruptura con el PRI para irse al PRD y, finalmente, su integración al gobierno peñanietista como comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas.
A partir de 2018 Martínez Veloz regresó de lleno a la política de Baja California con su mencionado paso por Morena y luego como el principal opositor de Jaime Bonilla, a quien exhibe en el libro, tanto por lo que toca a su actividad política en Estados Unidos, pasando por su gestión empresarial y hasta los dos años de la gubernatura, en la que terminó confrontado hasta con los miembros de Morena en la entidad, donde quiso infructuosamente extenderse el mandato.
Megaproyecto trasnacional
La participación política de Jaime Bonilla en Estados Unidos es pública y ha sido objeto de polémicas desde siempre por un aspecto de ciudadanía que lo imposibilitaría para ocupar cargos públicos en México, pero también por los escándalos que han rodeado su desempeño público en ambos lados de la frontera.
En el caso de Estados Unidos, Bonilla se postuló al Distrito de Agua de Otay, en San Diego California, donde se vio expuesto a denuncias por rebasar topes de gastos de campaña sin transparentar el origen de los recursos.
En 2001 enfrentó no sólo el escándalo de su gastos, sino también un cruce de acusaciones por corrupción que devinieron en una destitución por nepotismo, además de la contratación de un despacho que facturó 120 mil dólares en un breve periodo y que fue objeto de auditoría.
Para 2001, Martínez Veloz revela que Jaime Bonilla se convirtió en informante del FBI. Como tal, grabó numerosas conversaciones con un cabildero de nombre Art M. Gastélum, al momento de ofrecer sobornos, según consta en expedientes judiciales de 2003.
El caso se abrió por el intento de consumar un contrato de obra de electricidad, por el cual Gastélum entregaría un millón de dólares a Bonilla y a otro miembro de la Junta de Agua.
Entre el desinterés de la Corte local, pues el caso era federal, y las prioridades del FBI, que por entonces se centraron en terrorismo, el caso quedó en el aire.
Para entonces Bonilla formaba parte del Partido Republicano, en el cual apoyó la candidatura de John McCain a la Presidencia de Estados Unidos; también la de Duncan Hunter, el congresista sionista de San Diego California que propuso invadir México; así como a Bob Filner (exalcalde de San Diego por el Partido Demócrata), cuya carrera política terminó al declarase culpable de tres casos de acoso sexual que involucraba a 17 víctimas.
Militante y donante republicano, la influencia de Jaime Bonilla en San Diego creció –de acuerdo con el libro de Martínez Veloz– al extremo de intentar, en años recientes, impulsar una desalinizadora en territorio mexicano para abastecer de agua a San Diego.
“Como integrante de la Junta del Distrito de Agua de Otay, desde el año 2004, Jaime Bonilla impulsó un proyecto transnacional: construir en territorio mexicano una planta desalinizadora para abastecer a los consumidores norteamericanos”, dice el autor del libro.
La propuesta fue reiterada por Bonilla en diferentes oportunidades desde 2004. Inclusive cuando se acercó al lopezobradorismo en 2012, pese a lo cual todavía en 2013 apoyó con recursos la campaña del candidato del PRI-PT, Fernando Castro Trenti, en Baja California.
Pero fue en el periodo de Kiko Vega y en el del propio Bonilla cuando el proyecto de la desalinizadora (para la cual el Distrito de Agua de Otay gastó cientos de miles de dólares en estudios) tuvo su mayor empuje.
Bonilla, conocido por su intento de ampliarse el periodo de dos años (para los que fue electo) a cinco años, según el autor, escondía la verdadera intención de la ampliación de mandato:
“Dicho proyecto, impulsado por Jaime Bonilla y Kiko Vega, terminó siendo abortado por deficiencias en la planeación, el ocultamiento del verdadero propósito de la planta desalinizadora, sin embargo, le heredó a la actual administración de Baja California una deuda millonaria por concepto de pagos por incumplimiento de contratos (…)
“Estos eran los intereses que estuvieron detrás de la ampliación del mandato del gobierno de Baja California de 2 a 5 años que, gracias a la lucha, la dignidad de las y los bajacalifornianos y la respuesta digna y republicana de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sepultaron las ambiciones filibusteras del gringo Bonilla, protegido, socio y cómplice del presidente Andrés Manuel López Obrador”.
La trayectoria mexicana
El impostor cuenta la historia de un hombre que en poco tiempo pasó de ser empleado de maquila a convertirse en uno de los poderosos radiodifusores del noroeste, político en Estados Unidos, encumbrado en México vía la 4T que, al hacerlo senador y luego gobernador, obvió sus antecedentes penales.
De acuerdo con documentos y reportajes recogidos en el libro de Martínez Veloz, esa trayectoria la hizo mintiendo en toda clase de informaciones. Por ejemplo, el hoy senador asegura haber estudiado ingeniería en la UNAM, pero no existe cédula profesional que lo avale; en tanto, el periodo de estudios que habría realizado en México y luego en Estados Unidos, choca con los registros de su estancia en el penal de Tijuana.
Además de la foto de prontuario, Martínez Veloz recupera una publicación de la revista Alarma: un anuncio en el que se solicita información para localizar a Jaime Bonilla a fin de que rinda cuentas por dos denuncias relacionadas con fraudes posteriores a 1981, año en que permaneció en el penal por fraude al Infonavit, cuando supuestamente estaba en la universidad.
No es todo. El autor desglosa diferentes casos de corrupción durante el gobierno de Bonilla, en particular un esquema de extorsión a través de una empresa, Fisamex, que habría recaudado alrededor de mil 800 millones de pesos por un impuesto de agua.
La firma cobró al estado 20% del monto, esto es, unos 354 millones de pesos, según las conclusiones de la Auditoría Superior del Estado, publicadas el pasado mes de febrero.
VIDEO: La periodista Lourdes Maldonado habla del miedo que tiene a Jaime Bonilla
Y, entre otros casos, destaca un capítulo dedicado al asesinato de Lourdes Maldonado, ex reportera del grupo de emisoras de Jaime Bonilla, caso que causó revuelo porque tiempo antes de ser asesinada Maldonado se presentó en la conferencia mañanera del presidente para denunciar presiones, hostigamiento y amenazas del entonces gobernador.
No obstante, López Obrador pidió no “hacer politiquería contra Jaime Bonilla” tras el asesinato de la comunicadora, quien sostenía un proceso laboral en cuyo desahogo consiguió autorización para conocer la información financiera de la empresa.
Según Martínez Veloz, “todos los caminos conducen a PSN (nombre del conglomerado mediático de Bonilla)”. En el capítulo así titulado revela que mandos militares en Tijuana realizaron una investigación sobre el caso y añade que, entre las informaciones recogidas por los militares, hay sábanas de llamadas que conectan a distintas personalidades del entorno bonillista con los perpetradores, pero la justicia civil no ha procedido.
En el libro, desde su epígrafe, su autor se refiere al daño causado por Bonilla durante los dos años que fue gobernador y asienta:
“A Jaime Bonilla lo perdieron su ignorancia, arrogancia, intolerancia y ambición por el poder y el dinero ajeno. Su inicial cercanía con las altas esferas del poder político pudo haberse traducido en mejores condiciones de vida para las y los bajacalifornianos. En cambio, optó por la prepotencia, la extorsión y el peculado”.
El libro está disponible en la plataforma virtual Amazon.
Nota original de PROCESO.
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