La perrita de cuatro años, Lily, tiene una tradición matutina de pasear por la playa de Ocean Beach en San Diego. Normalmente, lo hace todos los días durante las seis semanas que pasa en la ciudad. Sin embargo, el viernes pasado ocurrió algo inesperado durante su caminata matutina.

Mientras disfrutaba de un divertido juego en la playa, Lily encontró una sustancia extraña y decidió comerla, ya que estaba entre los restos de comida abandonados en la playa. Desafortunadamente, aproximadamente una hora después, esa sustancia hizo efecto y el comportamiento de Lily comenzó a cambiar.

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Wiehe, la dueña de Lily, notó que su perrita la evitaba y no quería salir, además de tener las pupilas dilatadas. Ni la comida ni el agua lograban que Lily volviera a la normalidad. De inmediato, Wiehe la llevó al veterinario, quien le informó que Lily había dado positivo en pruebas de metanfetamina, marihuana y Ritalin.

Según un medio local de San Diego, 10 News, Wiehe expresó que no sabía si debía llorar o desmayarse debido a la sorpresa de los resultados. Lily pasó más de un día en la clínica veterinaria y continuó con un tratamiento durante varios días.

Es importante destacar que Wiehe informó al departamento de parques y recreación de la ciudad sobre lo sucedido, aunque no presentó una denuncia policial. Además, advirtió a otros dueños de mascotas que tengan cuidado con lo que sus animales comen en la calle.

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