La crítica y el público quedaron impresionados por la actuación de la actriz Jenna Ortega, que interpretó a Merlina, uno de los personajes más carismáticos y cuyo peso dentro de la serie, fue uno de los motivos para el éxito comercial y que se aprobara rápidamente la producción de una segunda temporada.

Merlina se enfoca en la única hija de la familia Addams, quien se presenta como problemática y con una cierta rebeldía contra sus padres, especialmente su madre. Luego de atacar a unos compañeros y ser expulsada de su escuela, la joven termina en la misteriosa Academia Nevermore, institución que abre sus puertas a adolescentes con poderes paranormales. Merlina primero busca escapar del lugar, pero una serie de extraños asesinatos llaman su atención. Además de tener que investigar los detalles del crimen, Merlina también comenzará a abrirse un poco más a la vida al conocer nuevas personas que podrían ser sus amigos o hasta un interés romántico.

La serie buscaba mezclar lo mejor de los programas de misterio con los melodramas adolescentes, y aunque esto no funcionó muy bien con la crítica especializada, es claro que con el público sí. Lo más interesante de Merlina es que era un título que causaba muchas dudas entre los espectadores que no querían ver una versión así de este personaje. Algunos sentían gran interés por la intervención de Burton, pero otros creían que el resultado no podía ser positivo. Luego de pasar meses en las sombras, el primer tráiler ayudó a despejar un poco las dudas, y el que el popular baile de la protagonista se hiciera viral fue la prueba clara de su nuevo legado.

Pero llegar a este punto no es nada sencillo. Cuando el espectador ve el producto final rara vez analiza todo lo que implica detrás de cámaras. La mayoría de las producciones tardan años en levantarse porque existen demasiados intereses involucrados, mientras que la filmación puede ser muy dura para poder cumplir con la agenda y las fechas límites que ponen algunas empresas. El caso de Merlina fue todavía más problemático, pues aunque la serie había sido confirmada, tardaron bastante en poder grabar y tenían la presión de un estreno obligatorio para finales del 2022.

Todo mundo quería saber cuándo se estrenaría Merlina y cuando quedó claro que no llegaría en octubre, temporada de Halloween, muchos se decepcionaron por perder la oportunidad. La serie finalmente confirmó una fecha para noviembre, lo que permitió cumplir con la postproducción necesaria. El asunto es que todos deben cargar con una presión así, pero Jenna Ortega, como protagonista, debe hacerlo mil veces más que el resto. Durante un panel de Netflix (vía Variety), la actriz habló sobre las consecuencias de esta presión:

Era llegar al set dos horas antes, trabajar ese día de 12-14 horas, luego ir a casa y entrar a Zoom a tomar cualquier lección que tuviera. O llegar a mi apartamento, y mi profesor de violonchelo ya me estaba esperando. Era estar constantemente en movimiento y si se podía un fin de semana, si no estábamos filmando el sexto día de esa semana, era como: 'Está bien, entonces, agendaremos tus lecciones para ese día

La actriz estaba decidida a hacerle justicia al personaje, pero el trabajo fue demasiado pesado y comenzó a pasar por varias crisis, en especial para filmar la ya famosa escena donde toca "Paint it Black" en el cello:

No dormí nada. Me jalaba el cabello. Hay tantas llamadas de FaceTime que mi papá respondió donde yo estaba llorando histéricamente.

Aunque Tim Burton y el resto de la producción le aseguraron que la escena se vería bien a cámara, Jenna Ortega quería hacerla perfecta, y se exigió demasiado. A pesar de esta experiencia, la actriz está lista para trabajar la siguiente temporada de Merlina que espera elevar las expectativas del público.

Nota original de Tomatazos.

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