La crisis humanitaria que vive Haití enciende las alarmas por un posible éxodo de haitianos a la ciudad de Tijuana como ocurrió en 2016, cuando cientos de migrantes llegaron procedentes del país caribeño, luego del caos provocado por el terremoto que azotó sus calles en enero del 2010.

Hasta el día de hoy, la situación en dicho país no parece encontrar soluciones viables ni próximas; además de la pobreza que atraviesan los haitianos, se han agregado dos grandes problemas que ha complicado gravemente la situación; la violencia y el cólera.

El New York Times ha publicado un artículo que documenta la situación actual de Haití, que viven, por un lado, entre los terrores de la enfermedad y la escasez, y por otro, entre la violencia de grupos delictivos que han tomado gran parte del país, incluyendo la capital Puerto Príncipe.

Según menciona el artículo, durante el pasado mes de octubre se reportó el primer caso de cólera, después de una larga batalla contra la enfermedad, que había terminado en febrero de este año. A partir de este diagnóstico comenzó de nuevo la crisis, sobre todo porque los médicos no han podido atender correctamente los casos, debido a la violencia producida por grupos criminales.

El artículo refiere que los médicos han sido incapaces de asistir a los enfermos ya que las pandillas han impedido el acceso exterior a tales barrios y a pesar de que el cólera es una enfermedad relativamente fácil de atender, también es fácil que muera gente si no se atiende a tiempo.

En septiembre pasado, grupos criminales tomaron las estaciones de gasolina de la capital del país; bloquearon el acceso al combustible en el resto del país y la crisis de salubridad se disparó. Durante la toma del combustible, se detuvo el servicio recolector de basura y el suministro de agua se detuvo. En menos de dos meses la basura comenzó a aglomerarse entre las calles, incluso junto a los locales de comida. La escasez de agua agudizó los padecimientos del cólera.

El gobierno de los Estados Unidos ha comenzado a sugerir una próxima intervención que prevenga un éxodo masivo, como ocurrió en el 2016, cuando cientos de migrantes haitianos buscaban llegar a los Estados Unidos, los cuales terminaron estableciéndose en la ciudad de Tijuana, en donde hoy en día ya padece una crisis humanitaria con los migrantes venezolanos expulsados de los Estados Unidos.

Joe Biden ha dicho que no quiere comprometer a las tropas norteamericanas a un conflicto bélico en Haití, pero el cuerpo gobernante estadounidense parece decidido a ejercer presión en busca de evitar otra ola de migrantes masiva hacia los Estados Unidos.

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