Este lunes, autoridades de Estados Unidos informaron sobre el descubrimiento de un túnel utilizado para contrabando en la frontera con México, conectando las regiones de San Diego y Tijuana, el cual llega a tener una longitud similar a la de un campo de fútbol americano.

El “narcotúnel” va de Tijuana a la zona metropolitana de San Diego, desembocando en un almacén de una zona industrial. Su construcción fue llevada a cabo en uno de los gramos más blindados de la frontera, lo que ilustra las limitaciones del muro fronterizo implementado por Donald Trump.

Esto se debe a que la barrera solo se considera útil contra los pequeños túneles construidos de forma rudimentaria y que comúnmente se conocen como “agujeros de topo”, ya que estos no son eficaces contra los pasajes más sofisticados que se desarrollan a mayor profundidad.

Desde 2006, en total se ha notificado el descubrimiento de 15 túneles sofisticados en la frontera de California con México. Cabe mencionar que algunos de estos contaban con iluminación, ventilación, vías férreas y ascensores hidráulicos.

Gran parte de los pasadizos subterráneos descubiertos fueron localizados en la zona industrial de Otay Mesa, en San Diego, donde el suelo de tipo arcilloso facilita la excavación y las bodegas proporcionan cobertura.

Estos túneles transfronterizos comenzaron a utilizarse a principios de 1990, llegando a ocuparse principalmente para el contrabando de marihuana y otras drogas ilícitas.

La Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés) declaró en 2020 que los túneles suelen encontrarse en California y Arizona, estando frecuentemente asociados con el cártel mexicano de Sinaloa.

De acuerdo a lo que marca la ley federal, las autoridades de Estados Unidos deben cubrir con hormigón el lado estadounidense de los túneles una vez que han sido descubiertos.

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